Entiende que ya todo terminó

Cuando una relación termina entre dos personas, pasamos por varias fases, como si de un duelo se tratase. De hecho, es como sentir que alguien ya no está con nosotros, por lo que debemos afrontar que viviremos etapas diferentes durante la temporada que dura la aceptación de que la relación ya terminó.

Piensa en ti mismo: tienes que trabajar tu autoestima, hacerte valer y convencerte de que eres una persona fuerte que puede con cualquier cambio. Los cambios, en general, siempre nos desestabilizan y lo mismo que sucede en cualquier situación, cuando se trata del fin de una relación, tenemos que asumirla valorándonos como nos merecemos. Acepta que mereces vivir algo mejor, diferente a lo que tenías y que no importa quién de los dos lo dejara, sino que vas a poder sobrevivir a ello y avanzar en tu vida sin la necesidad de tener a alguien al lado.

No te culpes. Si te han dejado a ti por otra persona, no pienses que es tu culpa, las personas cambiamos y maduramos de forma distinta y en distintos tiempos, por lo que puede ser normal que los gustos de la otra persona o sus ambiciones hayan cambiado con respecto a cuando se conocieron.

Aprende a disfrutar de la soledad. Cuando llevamos mucho tiempo junto a una persona, nos acostumbramos a esa presencia, llegando a una seguridad al poder apoyarnos continuamente en algo. Es entonces cuando dejamos de pasar tiempo solos o disfrutarlo. Uno de los errores más comunes es comenzar otra relación por ese miedo a la soledad, cuando no estamos preparados y probablemente ni queramos. Por eso, disfruta de los momentos para ti mismo y aprende a vivir con ello.

Ten personalidad suficiente como para saber dónde están los límites a los que estás dispuesto a llegar. Qué es lo que aceptas y qué no, qué quieres vivir y qué es lo que no vivirías nunca. Estar con alguien a toda costa, sin tener claro lo que queremos, no es lo mejor para tu felicidad. Trata de ser tú mismo.

Piensa en que solo tienes una vida y tienes que vivirla como realmente quieras y con felicidad. Es tu propia vida y no querrás vivirla con tristeza o inseguridad.