Disfruta sentada o de rodillas
- martes 30 de octubre de 2012 - 12:00 AM
Durante el acto amoroso, la posición acostada no es una obligación. Se pueden multiplicar las posibilidades con solo permitirle a uno u otro amante sentarse o arrodillarse.
¡Atención, esta posición sexual no es apta para cualquiera! El nudo corredizo ata a los amantes para una sesión de sexo inolvidable.
La base es simple, la pareja realiza la misma postura. Es como si un espejo se situase entre los amantes para generar la pose sexual.
Los amantes se sientan frente a frente con las piernas cruzadas. Uno de los dos pone las piernas sobre los muslos de su pareja, y las manos se unen. Estando así de cerca, se facilita la penetración, especialmente para aquellos más flexibles.
Cada uno puede tomar la iniciativa para alterar la postura: enlazarse apasionadamente en lugar de solo darse las manos, o separar ambos una pierna mientras que la otra queda doblada. El reflejo sigue en su sitio pero los amantes están más cómodos.
En esta posición se multiplican las posibilidades, pero emprenderla es muy difícil. Habrá que intentar varias veces antes de encontrar la postura predilecta, que permitirá a cada uno gozar más que pensar en mantenerse. La proximidad de ambos sexos hace más fácil el trabajo. Es como para un nudo corredizo: es difícil aprender a hacerlo, pero cuando se domina, puede repetirse una y otra vez.