Los besos son una parte muy importante de las relaciones en pareja, y más a la hora de hacer el amor.

Para que esos encuentros con tu pareja sean inolvidables, demuestra que eres un buen o buena besadora y sigue al pie de la letra los consejos que te damos a continuación.

Lo primero que debes tener en cuenta es el cuidado de tu aliento. Cepilla tus dientes después de comer y ten siempre contigo una goma de mascar o un caramelo de menta, ya que un aliento desagradable puede arruinar el momento del beso.

Después, acércate lentamente hacia tu pareja y échale una mirada íntima en sus ojos y sus labios. El suspenso incrementa el deseo y con esos movimientos de tu cuerpo darás una señal clara de tus intenciones.

Procura que el primer contacto sea suave y que tus labios estén humedecidos y tersos para que, al apoyarlos, se sientan dulces y tiernos.

Tras un primer beso breve, de labios, aléjate un instante para mirar intensamente a la otra persona. Enseguida, vuelve a acercarte con más decisión. Besa su boca con calma, recorriéndola toda, pero sin brutalidad.

Abre despacio la boca e introduce tu lengua: primero, de forma intermitente y luego, de una forma más larga y profunda.

Agrega movimientos corporales. Al besar, toma suavemente a la otra persona por detrás del cuello o por la cintura, para que se estimulen otras zonas erógenas y aumente la excitación de ambos.

Ya no tienes excusa para no recibir, a besos, a tu pareja.