- viernes 20 de septiembre de 2024 - 12:00 AM
Las posturas sexuales que elegimos, los preliminares que nos gusta jugar y el modo en el que encaramos el sexo delatan nuestra personalidad en la intimidad revelando con claridad la forma en la que disfrutamos de nuestra sexualidad. Veamos dos de ellas.
La personalidad sexual dominante
La personalidad dominante es quien siempre o casi siempre da el primer paso para el sexo, disfrutan plenamente de su sexualidad y no sienten miedo en comunicarlo a su pareja ni en llevar las riendas de cada uno de los encuentros. Hablan abiertamente de sexo sin la necesidad de alardear sobre sus experiencias, pero siempre aclarando que disfrutan de sus encuentros con intensidad.
En el día a día suelen ser personas seguras, que saben lo que quieren pero también un poco controladoras, no disfrutan que ninguna situación se les escape y quieren llevarlo todo por la mano. En la cama prefieren siempre decidir las posturas que se llevarán a cabo, tomando también la delantera en los juegos previos y solicitando con claridad lo que quieren del otro.
Sus posturas favoritas son aquellas en las que puedan mantener el control:
En el caso de las chicas prefieren estar arriba con posiciones como la doma, la amazonas, la medusa o el sometido.
Personalidad sexual sumisa
Las personalidades sexuales sumisas son la contraparte de las dominantes, la mitad de la ecuación para que esos encuentros funcionen. Se trata de personas que disfrutan mucho más del sexo cuando son guiadas por otros en la intimidad, prefiriendo siempre los encuentros en los que es su pareja quien da los primeros pasos y marca las pautas de los juegos previos.
En la cotidianidad pueden ser personas que piensan mucho antes de actuar, reflexivas y en muchas ocasiones poco impulsivas.
Las posturas favoritas de las personalidades sumisas son:
En el caso de las chicas preferirán cualquier postura en la que sea él quien lleve el control y la delantera, como el misionero, la sorpresa, el perrito, la posesión, el deleite o la profunda. Los hombres preferirán que ellas controlen más el ritmo y el movimiento con posturas que le otorguen ese poder como el sometido, el cara a cara, la amazonas, la doma o la fusión.
