En el caso de presentar síntomas asociados al VPH o tener la sospecha de tener verrugas genitales, es fundamental acudir al médico o ginecólogo de manera inmediata para que este pueda realizar una diagnóstico certero e informarte del tratamiento a seguir. No existe una cura definitiva para el VPH, pero sí es posible iniciar un tratamiento que ayude a prevenir y controlar los síntomas, así como a eliminar las verrugas genitales.

Una vez se ha producido la infección y se han desarrollado las verrugas genitales, estas pueden aparecer en forma de brotes, es decir, aparecer y desaparecer espontáneamente durante un tiempo y volver a salir cuando haya un brote nuevo. Entre los tratamientos para las verrugas genitales que puede sugerir el especialista, se encuentran los que detallamos a continuación:

Cremas y fármacos tópicos que se aplican directamente en la zona genital con verrugas.

Aplicación de ácidos en la zona afectada. Se trata de una sustancia química que únicamente puede ser administrada por un especialista médico.

Crioterapia: se congelan las verrugas aplicando nitrógeno líquido.

Láser: mediante un rayo de luz intensa se vaporizan las verrugas genitales más grandes.

Electrocauterización: se eliminan las verrugas genitales mediante una pequeña sonda con corriente eléctrica.

Cirugía: se emplea un instrumento cortante para extirpar el tejido afectado.

Uso de medicamentos antivirales para combatir el virus del VPH o inmunomoduladores para fortalecer el sistema inmunológico.

Además de lo anterior, cuando estas lesiones cutáneas están presentes, es fundamental que no se toquen ni se rasquen, pues la infección podría propagarse hacia otras zonas, así como que no se mantengan relaciones sexuales mientras se esté recibiendo tratamiento y hasta que el médico indique lo contrario.

Después de recibir los tratamientos adecuados para las verrugas genitales, el médico deberá hacer un seguimiento al paciente, ya que en muchos casos estas masas o protuberancias vuelven a aparecer con el tiempo.