En la cama todo se vale

Hay temas que, aunque parezcan evidentes, hay que tocarlos sí, porque sí.

Uno de esos temas son las reacciones que se tiene en la cama.

Durante el delicioso, las palabras obscenas salen sin querer ¡No hay que preocuparse!

Ni las reacciones nerviosas, ni las palabras pueden interferir a la hora del placer.

Es más, hay personas que se han confesado propensos al orgasmo cuando escuchan o dicen malas palabras.

Ocurre igual con las nalgas y golpes suave.

Hace semanas les hablaba sobre el juego de roles, el sadomasoquismo y los límites del dolor.

Nunca será una falta de respeto, ni maltrato lo que dos, dentro de la pareja, puedan tolerar.

Está de más mencionar esas palabras.

Una dato que puedes poner en práctica es preguntar en medio del coito qué frase o palabra le gustaría a tu pareja escuchar. Es el mejor momento. No hay dudas.

Solo basta decir que el juego de la dominación marca el poder y favorece a la hora de intercambiar la responsabilidad de recibir o brindar placer.

Recuerdo una ocasión en la que tuve que subir el muro de mi casa, porque el vecino se quejaba de mis gritos y los de mi marido de asiento.

Hay personas que no lo entenderán, los verán como locos, pero, ustedes fluyan.