Amores de oficina

- miércoles 20 de abril de 2022 - 12:00 AM
Shantal era una mujer de estatura promedio, con un hermoso cabello rizado y quien cuando se proponía tener a un hombre, lo tenía a la palma de su mano.
Un negro de buen porte, quien era su compañero de trabajo fue su objetivo, pues ella sentía una debilidad por ese colorcito sabrosón, y por otras virtudes que dicen que todos los negros tienen. ¿qué será?
Tal y como se lo propuso, Shantal consiguió que Alberto se le declarara y comenzaron una relación muy ardiente. Al principio todos los días iban a un push por avenida Cuba, donde dejaban fluir sus más íntimos deseos. Pero Shantal siempre fue muy caliente, y a pesar de que el negro la complacía, en todos los aspectos, si a ella le gustaba otro se lo comía sin remordimiento.
Un día en un almuerzo, otro compañero, también con esa piel color canela, comenzó a conversarle, pues nadie se resistía a sus encantos. Su nombre era Ricardo.
Este hombre fue inteligente y le llegó a Shantal en son de amigos, con ese relajito logró averiguar la hora en que ella salía de la Universidad, y con la excusa de que vivían en el mismo sector, se ofreció a buscarla, pues le quedaba de camino y según él, no se desviaba.
Mientras Alberto la dejaba en la Universidad y se iba a la casa, Ricardo la recogía a la hora de la salida y la llevaba a casa.
Al principio en el trayecto del camino iban conversando sanamente, sin embargo, por dentro Shantal hasta que se retorcía, porque el man era elegante, olía rico y se veía rico.
Pero algo la detenía y es que este hombre tenía un anillo en el dedo, pues estaba casado y con hijos. A Shantal no le gustaban los hombres casados, pues ella se ponía en la posición de la esposa.
A pesar de todo, ella no había visto ninguna insinuación de este hombre para con ella. Así que suprimió sus deseos, y se comportó como una dama, pero el inevitable día llegó. Ella no podía evitar ser coqueta, le salía natural y espontáneo, sin pensarlo le estaba coquetando a Ricardo y él al notar la señal de ‘go', avanzó y terminaron uniéndose en un beso apasionado.
Shantal no podía creer lo que estaba haciendo, pero no quería parar, quería más. Después de ese día, ya nada fue normal. Ellos siguieron con su amorío, y los únicos días que no se veían era cuando ella salía con Alberto.
Pero Shantal a quien quería y quien de verdad la complacía era Alberto y es que este tenía un miembro del tamaño perfecto para ella, mientras que Ricardo aunque no era malo en la cama, no era suficiente para complacerla.
El problema empezó cuando Ricardo comenzó a celarla, le pedía que dejara a Alberto y en el trabajo ya no disimulaba y le tiraba unas miradas a Shantal tan descaradas que Alberto ya estaba sospechando que algo estaba ocurriendo.
Un día Alberto le arrebató su celular de la mano para leer sus mensajes y descubrir si había o no algo entre su mujer y el Ricardo. Por suerte Shantal era más viva y ya no había huellas del delito.
Shantal tuvo que dar por terminado su amorío con Ricardo, pues el negro era otro caliente que quería estar picando en todos lados, pues ella decía que para infiel, ella.