¿Y mis sueños, dónde quedaron?

  • sábado 21 de junio de 2025 - 11:00 PM
Paysita tengo 15 años de casada. Soy abogada, pero cuando me casé, mi esposo me pidió que no trabajara y que me dedicara al hogar. Acepté porque queríamos formar una familia. Tuvimos dos hijos maravillosos que eduque con amor y dedicación. Los dos ya están en la secundaria, y siento que llegó el momento de retomar mi carrera, pero mi esposo se opone. Dice que no hay necesidad, que lo mío es un “capricho”. Discutimos cada vez que saco el tema. ¿Debo seguir sacrificando mis sueños por la paz del hogar?

Tus palabras están cargadas de verdad, de dolor contenido, y de un deseo poderoso: el de reconectar contigo misma. Y eso nunca es egoísta. Durante años elegiste, libremente o por amor, o quizás por presión, postergar tu carrera para cuidar de tu familia. Ese acto tiene un valor inmenso. Pero también es válido que ahora quieras recuperar tu espacio profesional. No eres la misma joven de hace 15 años: hoy eres madre, sí, pero también sigues siendo abogada. La resistencia de tu esposo parece más basada en el miedo al cambio que en una verdadera objeción racional. Tal vez teme perder cierta dinámica que le resulta cómoda. Pero el amor no debería consistir en retener, sino en acompañar. Negarse a que tú crezcas como persona es, en el fondo, un acto de control disfrazado de estabilidad. Lo ideal sería que él entienda que este no es un “capricho”, sino una necesidad vital. Y que tú también reconozcas que, si no te permites florecer, es muy probable que la relación sufra aún más. Estás en tu derecho de vivir tu vocación, pues no le estás quitando nada a nadie.

Existen ciertas dudas respecto al mundo sexual, despejo sus incógnitas con estas respuestas”.