- domingo 15 de junio de 2025 - 12:00 AM
La adolescencia es una etapa en la que los hijos comienzan a construir su identidad, su autonomía y también su vida afectiva y sexual. Entender eso no es fácil cuando uno aún ve en ellos al niño que cuidó desde muy pequeño. No estás fallando como madre. El hecho de que esto te preocupe ya muestra cuánto te importa su bienestar. Ahora el reto es acompañarlo desde el respeto y el diálogo. No se trata de pedirle explicaciones ni revisar detalles, sino de abrir un espacio honesto para conversar.
La curiosidad sexual, la búsqueda de intimidad y afecto son naturales en la adolescencia. Que ya haya iniciado su vida sexual no significa que no tenga valores, sino que está aprendiendo a aplicarlos en nuevas experiencias. Lo importante ahora es asegurarte de que comprenda cómo protegerse física y emocionalmente: uso de métodos anticonceptivos, prevención de infecciones, consentimiento y respeto mutuo. Muchos adolescentes se cierran cuando sienten que decepcionaron a sus padres. Si lo haces sentir culpable, probablemente se aleje y ya no confíe en ti para compartir sus dudas, miedos o experiencias futuras. Una vez abras la puerta a la conversación, deja que él tome la palabra. Pregúntale cómo se siente, qué piensa sobre el tema, qué sabe y qué no. Esto te ayudará a orientarlo mejor y a saber si necesita guía.