- viernes 05 de julio de 2024 - 12:00 AM
¡Qué chévere! Te respondo. Los niños de tres a seis años son los más proclives a “jugar al médico”. Muchos padres reaccionan de forma desproporcionada cuando presencian u oyen hablar sobre este tipo de comportamiento. Regañar duramente no es el modo de afrontarlo. Y los padres no deben malinterpretarlo como un signo que llevará a conductas promiscuas en el futuro. Lo más frecuente es que la presencia de uno de los padres basta para interrumpir el juego. Es posible que usted prefiera reorientar la atención de su hijo hacia otra actividad sin armar ningún escándalo. Más adelante, siéntese con su hijo para hablar. Explíquele que, aunque usted entiende su interés por el cuerpo de sus amigos, generalmente se espera que la gente mantenga su cuerpo cubierto en público. Así, le marcará límites a su hijo sin hacer que se sienta culpable.
No hay un momento ideal, simplemente sabrás que estás preparado si utilizas el sentido común y lo haces cuando tengas ganas, cuando te sientas seguro y cuando la otra persona esté en el mismo punto. Debe surgir sin presiones, con nervios (seguro), pero de forma natural.