Foo Fighters: ¿los ovnis nazis?
- domingo 18 de noviembre de 2012 - 12:00 AM
Construyeron los nazis aviones con forma de platillo volante y unas extrañas «bolas luminosas» para poder seguir a los cazas aliados y desconcentrarlos durante el vuelo? Esto lo plantean algunos documentos de la Segunda Guerra Mundial.
A pesar de lo extraño que pueda parecer, no es raro pensar que se pudieran haber llevado a cabo pruebas para dar forma a unos objetos voladores no identificados en Alemania. Y es que Hitler, como demuestra su búsqueda de la lanza con la que atravesaron a Cristo en la cruz o la del Santo Grial, estaba obsesionado con obtener cualquier poder paranormal que pudiera usar en contra de sus enemigos.
En este caso, la fuerza radicaría en usar estos objetos volantes nunca antes vistos para sembrar el pánico entre las tropas aliadas basándose en viejos miedos que aflorarían al ver sus curiosas creaciones.
LAS MISTERIOSAS ESFERAS VOLADORAS
Una de las historias que avalan la creación de Ovnis por Hitler ha sido la de los ‘Foo Fighter’, unas pequeñas esferas incandescentes que, según relataron varios pilotos aliados, les seguían durante el vuelo a pesar de no tener tripulantes.
Según el periodista e historiador Jesús Hernández, en su libro ‘Enigmas y misterios de la Segunda Guerra Mundial’, de los mitos que nacieron durante la Segunda Guerra Mundial, uno de los más difíciles de desmontar ha sido el de los conocidos como Foo Fitghters.
Los Foo Fighters eran objetos, normalmente esféricos, de diversos tamaños, que podían ir desde unos centímetros de diámetro a tener el aspecto de un gran globo, y emitían un brillo extraordinario. Su color también variaba; podía ser rojo, naranja o azul, aunque solía ser blanco o plateado, determina el experto.
Según relataron algunos miembros de las tripulaciones aliadas, estas esferas aparecían súbitamente en el cielo durante las misiones de bombardeo que se llevaban a cabo en la Alemania nazi.
‘El curioso nombre de Foo Fighters tiene su origen en un personaje de una popular tira cómica de la época, llamado Smokey Stover, cuyo vehículo se llamaba Foo Fighter y que además solía decir la frase: ‘Where there?s foo, there?s fire’ (donde hay humo, hay fuego). Por lo tanto, la expresión Foo Fighters podría traducirse libremente como ‘combatientes de humo’’, explicó el historiador.
Estos objetos se comportaban de un modo imprevisible y desconcertante. Se colocaban al lado de los aviones aliados y les acompañaban durante un tramo. Si el aparato conseguía burlarles, en segundos la bola luminosa volvería a seguirlo de cerca, ejecutando maniobras imposibles para la tecnología de la época’, sentencia Hernández.
SUPUESTOS AVISTAMIENTOS
Según Hernández, la primera referencia a los ‘Foo Figthers’ se remonta al 13 de febrero de 1944. ‘Ese día el Cuartel General Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada en París envió a los medios de comunicación una nota de prensa que hacía referencia a la aparición de ‘una nueva arma alemana en el frente aéreo occidental’’.
En términos de ese comunicado, los aviadores norteamericanos habían hallado durante una acción de bombardeo unas ‘esferas de color plateado en el espacio aéreo alemán, parecidas a las bolas que adornan los árboles de Navidad’, explica el periodista en su libro.
‘Siempre según la nota del Cuartel General de los Aliados, qué sería publicada por el New York Times, el nuevo artefacto parecía ser ‘un arma de defensa antiaérea, aunque no hay información de cómo se sostiene, que hay en su interior o para qué sirve en realidad’’, explica..
Desde ese comunicado, los avistamientos de las esferas decayeron hasta el 2 de enero de 1945, día en que el diario norteamericano Herald Tribune publicó un texto explicando los diferentes tipos de ‘Foo Fighters’ que los aviadores habían visto hasta ese momento.
Según una entrevista realizada al teniente Donald Meiers, podían consistir en una bola roja que volaba al lado del avión, una hilera de tres bolas de fuego volando enfrente del aparato o, por último, un grupo de una quincena de luces produciendo destellos intermitentes’, determina el historiador.
El oficial concluía su alegato afirmando: ‘No explotan ni nos atacan, solamente parecen seguirnos como fuegos fatuos’.
A su vez, algunos pilotos incluso atribuyeron más capacidades a estas esferas. ‘En una ocasión, incluso una ellas llegó a atravesar limpiamente el fuselaje como si se tratase de un fantasma, entró dentro de la cabina y rebotó por las paredes del avión, marchándose tal como había llegado’, determina Hernández.