Vístete bien o no te dan la chamba

¡Ojo con lo que te pones para la entrevista de trabajo! No importa cuántos títulos tengas o qué tan bueno seas, si llegas vestido con los colores equivocados, puedes salir de ahí sin el puesto.

Los expertos en imagen lo dicen claro: el azul marino es el color ganador. Proyecta confianza y profesionalismo, lo que encanta a los reclutadores. El gris también es buena opción, porque transmite seriedad sin parecer aburrido.

Si vas por un puesto de liderazgo, el negro impone respeto, pero no abuses, porque podrías parecer distante o arrogante. Y si quieres resaltar tu energía, un toque de rojo puede funcionar, pero no te pases, que demasiado puede hacerte ver agresivo.

El blanco es seguro y limpio, ideal si buscas un empleo donde la pulcritud es clave. Pero evita los colores chillones, estampados raros o combinaciones estrafalarias, porque en vez de verte profesional, te harán parecer un carnaval.

Al final, lo que importa es que te sientas seguro, pero recuerda: la primera impresión cuenta y si te vistes mal, el trabajo se lo dan a otro.