Tener un hijo es un vínculo tan fuerte y un apego intenso que te hace sentir pleno y de inmediato te embarga la felicidad, también es una responsabilidad para toda la vida. Pero esto no le está ocurriendo a una australiana que dio a luz al bebé de una desconocida, después de que una clínica de fertilización ‘in vitro’ le implantara otro embrión, según reconocieron los propietarios del centro.

Este caso sirve como un doloroso recordatorio de la importancia en la precisión y la atención al detalle en el campo de la medicina reproductiva. “Estamos devastados por lo sucedido y ofrecemos disculpas a todos los involucrados”, indicó en un comunicado el grupo Monash, al que pertenece el centro en el que ocurrió el error, según reportó EFE.

La investigación confirmó que el embrión de un paciente diferente había sido descongelado equivocadamente y se había transferido a los padres de nacimiento. La mujer tuvo un niño.

En el 2024, Monash acordó pagar 35 millones de dólares repartidos entre unos 700 antiguos pacientes tras admitir haber destruido embriones aptos en un programa de cribado genético.