País se paralizó por una prueba universitaria

Increíble. Oficinas cerradas, aviones inmovilizados y obras suspendidas fueron algunas de la medidas que tomó el pasado jueves Corea del Sur para mantener el silencio y ayudar a más de 600 mil jóvenes que realizaban los exámenes de ingreso a la universidad, en los que toda una generación se juega su futuro.

A causa de la fuerte presión que ejerce una sociedad ultracompetitiva, la escolaridad en Corea del Sur se define en esas horas decisivas. Aprobar el examen permite ingresar a las mejores universidades, lo cual garantiza el éxito profesional y a veces hasta buenas perspectivas de matrimonio.