- viernes 20 de diciembre de 2019 - 12:00 AM
En Japón existe una remota aldea montañosa llamada Nagoro, la cual es habitada por muñecos.
Hace 18 años nacieron los últimos niños del pueblo y de 300 residentes, ahora solo hay una población de 27 personas.
Ante esta soledad y la falta de niños (la escuela local ya no tiene estudiantes), Ayano, una residente de 70 años se ha tomado la tarea de reemplazar los habitantes con muñecos hechos a mano.
Ahora la comunidad está habitada por más de 300 muñecos de tamaño real que imitan la vida que ya no existe: niños que nacen, estudian, crecen, ejercen oficios y forman más familias.
‘Aquí ya nunca se ven niños, si hubiera niños todo sería más alegre, así que yo hice a los niños', dijo la artista.
La población de Japón está disminuyendo y envejeciendo, y esta tendencia se siente con mayor intensidad en las zonas rurales, donde la baja tasa de natalidad se exacerba con las pocas oportunidades de empleo y con estilos de vida inconvenientes.
‘Aquí no hay oportunidades para los jóvenes', dijo Ayano, quien recuerda cuando la aldea tenía una clínica, un salón de juegos y una cafetería. Ahora, Nagoro no tiene ni una sola tienda. ‘Los dueños no podrían vivir de sus negocios'. Para comprar alimentos ahora hay que viajar una hora a otro pueblo.