Vampiro de Düsseldorf bebió la sangre de nueve víctimas

Años antes el asesino en serie había disfrutado matando y torturando animales.
  • domingo 03 de diciembre de 2023 - 12:00 AM

Peter Kürten, uno de los personajes más oscuros y tenebrosos de la historia, nació el 26 de mayo de 1883, en Mulheim, Alemania; un año antes de ser guillotinado confesó a su esposa que él era la ‘Bestia de Düsseldorf', la verdadera personificación del mal, pero ella no le creyó.

Infancia tenebrosa

Era el tercero de 13 hermanos y, ninguno de ellos no fue bien recibido por sus padres. Su familia vivía en la miseria absoluta y al despertar cada nuevo día la primera idea era uno más de aguantar hambre.

Su padre, un beodo consuetudinario, hacía reinar la violencia física y psicológica en aquel hogar, Peter vio como su padre propinaba enormes palizas a su madre y como abusaba de sus hermanas.

A los nueve años el niño escapó de su casa en Düsseldorf, huyendo del dolor, la tristeza y la violencia extrema en la que habían convertido su existencia.

En su interior se fue arraigando un sentimiento que parecía empujarlo hacia la delincuencia y la violencia.

No había pasado mucho tiempo desde que abandonó su hogar asesinó a dos amigos ahogándolos en un río, (aunque no existen registros de la policía que puedan corroborar estos dos hechos).

Un día antes de cumplir 30 años de edad, el 25 de mayo de 1913, Peter Kürten, dedicado al robo para vivir, estaba vigilando una casa presuntamente vacía para entrar a robar. Cuando entró para desvalijarla, se dio cuenta que en su interior se encontraba una niña de 13 años, de nombre Khristine Klein, durmiendo en su habitación.

Se cercioró que no había nadie más en casa y luego la estranguló y degolló. Más tarde confesó: ‘Entré en una casa de Wolfstrasse, cuyo dueño era de apellido Klein, fui hasta la primera planta, abrí varias puertas y no encontré nada digno de robar, pero en la cama vi a una muchacha de aproximadamente diez años, cubierta con una cobija gruesa de plumas durmiendo. Con un cuchillo que tenía en el bolsillo le corté su garganta; oí los chorros y el goteo de la sangre en la estera al lado de la cama (...)'.

El padre de la niña, Peter Klein, fue acusado del asesinato de su propia hija ya que Kürten (quien ya desde un primer momento mostró señales inequívocas de un trastorno narcisista) dejó en la escena del crimen un pañuelo con sus iniciales, PK, que casualmente coincidían con las del padre.

Su siguiente víctima la encontró dos meses después, Kürten, en un nuevo asalto domiciliario, se topó con Gertrud Franken, de 17 años, la estranguló con sus manos. Este marcó el inicio de una serie de asesinatos que mantendrían aterrorizada a la ciudad de Düsseldorf.

Kürten el Vampiro

Años antes el asesino en serie había disfrutado matando y torturando animales, ahora empezó a asesinar a seres humanos. Las siguientes víctimas fueron dos hermanas a las que mutiló, y a partir de entonces dio un giro a su locura criminal: empezó a beber la sangre de sus víctimas.

En 1929, entre febrero y noviembre, Kürten, con su ego desatado (habitual entre asesinos en serie), comenzó a poner en jaque a la policía, burlándose de ella. Envió un mapa a la policía donde indicaba que había arrojado el cadáver de una niña llamada Gertrude Albermann.

En 1930, un brutal error conduciría al brutal asesino ante un tribunal. Kürten se había fijado en María Büdleick una joven de 20 años, que acababa de bajar del tren justamente en la estación donde él actuaba.

El criminal, irónicamente salvó a Büdleick de un acosador que la estaba molestando y se ofreció a llevarla hasta su casa, ahí se le insinuó y fue rechazado, pero Kürten insistió en llevarla a la residencia de estudiantes, sin embargo, en lugar de eso, la condujo hasta un bosque en las afueras de la ciudad, donde la violó y la estranguló, dándola por muerta. Pero la joven sobrevivió a la agresión y acudió a la policía.

Días después Kürten era detenido por la policía.

El asesino serial confesó todos sus crímenes y tras escuchar las terribles declaraciones un jurado lo condenó a muerte. Su ejecución por la guillotina se fijó para el 2 de julio de 1931, en Colonia. Antes de morir Kürten preguntó a su verdugo:'¿Después de que me cortéis la cabeza... podré oir como brota la sangre de mi cuello?.

Perfil criminológico

Para el especialista y profesor de Criminología, Marco Aurelio Álvarez, en términos de clasificación psicológica, ‘Peter Kürten podría ser considerado un psicópata o un individuo con trastornos psicopatológicos graves. Los psicópatas suelen mostrar falta de empatía, remordimiento o sentimientos de culpa, así como un desprecio por las normas sociales y una tendencia a la manipulación y la violencia. Sin embargo, es importante señalar que este tipo de análisis requiere una evaluación exhaustiva y profesional por parte de expertos en psicología forense o psiquiatría para llegar a conclusiones precisas sobre el perfil psicológico de un criminal.

Álvarez añade que ‘Peter Kürten fue un asesino en serie que cometió crímenes atroces. En términos de criminología y criminalística, se le clasificaría como un asesino en serie debido a la naturaleza de sus crímenes, que involucraban múltiples homicidios con un modus operandi similar.

Además, por el patrón de comportamiento y la cantidad de asesinatos cometidos, se consideraría un asesino en serie. Su perfil también podría incluir rasgos de violador, ya que también cometió agresiones sexuales, concluyó.

Con datos de National Geographic.

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