Torturaron al pequeño Gabriel hasta matarlo

La madre del niño y su padrastro están tras las rejas. Ocurrió en Los Ángeles, EE.UU., en 2013

La mañana del 22 de marzo de 2013 Isauro Aguirre y su mujer Perla Fernández llamaron desesperados a urgencias contando que su hijo de 7 de años de edad, Gabriel Fernández, se había golpeado y se encontraba inconsciente en el piso.

Cuando los paramédicos llegaron a la vivienda trataron de reanimarlo pero no pudieron y lo llevaron al hospital.

El pequeño iba moribundo, había perdido mucha sangre, no reaccionaba y lo conectaron a una máquina. Dos días después, murió Gabriel.

Fue torturado

¿Qué le había pasado realmente al pequeño Gabriel? Lo que descubrieron los forenses tras practicarle la autopsia los dejó en shock.

Descubrieron que el niño tenía heridas desde la cabeza hasta los dedos de sus pies. También que tenía las costillas rotas, quemaduras por todo el cuerpo como si alguien hubiera apagado un cigarrillo ardiendo, mantenía municiones alojadas dentro de su piel hechas con un arma de aire comprimido y hasta le encontraron arena con excremento de gatos en el estómago. El niño había sufrido todas clase de maltratos.

La madre de Gabriel y el padrastro fueron detenidos.

Las autoridades descubrieron que Gabriel, durante 8 meses, había sido torturado tanto mental como psicológicamente en el pequeño apartamento donde vivía con su mamá, su padrastro y sus dos hermanos mayores.

La triste historia de Gabriel

Familiares contaron que Perla nunca quiso a Gabriel, pues tras quedar embarazada trató de abortarlo, con los dos hijos que tenía ya era suficiente.

Sin embargo, un familiar le imploró que no lo hiciera y que él se encargaría del niño.

Cuando Perla dio a luz dejó abandonado al bebé en el hospital.

El infante fue rescatado por sus abuelos que se lo llevaron a su casa para criarlo.

Años más tarde, un tío de Gabriel que era gay y tenía su pareja, se lo llevó a vivir con él.

En la casa de su tío Gabriel vivió sus años más felices. Pero el abuelo, pensando que una pareja de gay convirtiría en homosexual al niño, se lo quitó y se lo volvió a llevar.

Cuando Gabriel cumplió los 7 años, su madre, que nunca se había ocupado de él, lo buscó para llevarselo a vivir a un apartamento en la comunidad de Palmadale, ubicada al norte de Los Ángeles, EE.UU.. Lo hizo solamente para que el estado le diera prestaciones sociales por tener una numerosa familia.

El pequeño Gabriel se quedó viviendo con su madre y el novio de esta, Isauro Aguirre, un hombre corpulento que trabajaba como seguridad.

En ese apartamento la vida de Gabriel tomó un giro violento, pues tanto su madre como su padrastro empezaron a maltratarlo.

Según los testimonios de sus hermanos, a Gabriel lo hacían dormir dormir en un pequeño armario donde lo amarraban y le vendaban los ojos.

También le echaban agua fría y lo encerraban desnudo y con frío.

A veces lo dejaban sin comer varios días, lo golpeaban con bates, lo quemaban con cigarrillo y le pegaban con hebillas de correa.

El padrasto, muchas veces en medio de su enojo, lo agarraba por el cuello y lo levantaba contra la pared y terminaba golpeándolo y pateándolo mientras le gritaba que era ‘gay'.

Incluso le había escondido toda su ropa y lo hacían vestir de mujer para burlarse de él.

Ocho meses interminables de sufrimiento experimentó Gabriel, hasta que finalizó el 22 de marzo de 2013, cuando una noche Isauro llegó y le entró a golpes hasta dejarlo inconsciente en el suelo.

Las graves heridas que recibió apagaron su frágil vida.

‘Horrendo, atroz, no se había visto en Los Ángeles algo parecido desde 1969, cuando la familia Manson asesinó a gente inocente', comentaría un fiscal sobre este caso.

Tras ser llevados a juicio, Isauro fue hallado culpable y condenado a la pena de muerte a pesar de que su abogado trató de convencer al jurado que él no había querido matar a Gabriel y que no había sido premetidado.

Perla, la madre del niño, por su parte se declaró culpable y fue condenada a cadena perpetua.

Ninguno de los dos, durante el juicio, mostró algún tipo de arrepentimiento.