¡Sanguinarios andan sueltos! 8 mujeres inocentes en sus garras de maldad
- martes 06 de mayo de 2025 - 1:00 AM
Ola de violencia de género preocupa en Panamá, dejando una estela de dolor y sufrimiento, con 8 mujeres asesinadas en los primeros meses del año.
Uno de los últimos casos es el de una mujer de 65 años hallada brutalmente golpeada, con el rostros desfigurado, en el patio frontal de una casa en calle 9, corregimiento de Río Abajo. Ocurrió la mañana del domingo y aún no ha sido identificada.
Según el portal del Ministerio Público, de enero a marzo de este año, se han perpetrado cinco muertes violentas de mujeres, un número que, aunque parece menor en comparación con las 25 contabilizadas el año pasado, sigue siendo un recordatorio escalofriante de la crisis que enfrenta la sociedad panameña.
El conteo de El Siglo, sin embargo, recoge 8 mujeres asesinadas entre enero a abril.
Enero
El año comenzó con un oscuro suceso que resonó en el corregimiento de Pedregal. En medio de una balacera entre bandas rivales, una mujer perdió la vida al recibir un balazo en la cabeza. Su tragedia fue solo el inicio de un mes envuelto en luto y desesperación.
En Gatún, en la provincia de Colón, la vida de Ana Sánchez, de 24 años, fue truncada de manera brutal. En un trágico giro de los acontecimientos, su cuñado, en medio de una acalorada discusión, le asestó una puñalada en el cuello. La violencia no solo le costó la vida a Ana, sino que también se llevó la de su pequeño hijo de seis años, quien quedó atrapado en la vorágine de la agresión.
Febrero
Febrero no trajo alivio. Tres mujeres fueron asesinadas, y entre ellas se encontraba Yismira Jhonson, de 51 años. Ella fue víctima de un ataque a tiros en un minisúper, donde un hombre, en un intento de vengar un conflicto previo, entró disparando y se llevó su vida sin compasión.
La tragedia continuó con el asesinato de Estefany Chaverra, conocida como “Beby Gánster”, una adolescente de apenas 14 años. Una discusión con su novio se convirtió en un desenlace fatal la noche del 3 de febrero en San Miguelito. El disparo que le quitó la vida atravesó su barbilla, dejando atrás no solo un cuerpo sin vida, sino también un futuro truncado.
El 24 de febrero, Katherine Zulay Cosme, de 21 años, fue asesinada de 26 puñaladas por su pareja en un acto de brutalidad que se desató por un celular. La escena en Llano Grande, provincia de Veraguas, fue un reflejo perturbador de la violencia que se cierne sobre las relaciones íntimas, donde el amor se transforma en odio y desesperación.
Abril
A pesar de la gravedad de estos casos, abril trajo un leve respiro, ya que no se reportaron femicidios en ese mes. Sin embargo, la calma fue más ilusoria que real, con casos sin resolver que continúan pesando sobre la conciencia colectiva del país.
El 9 de enero, el cuerpo sin vida de Yolanda Espinoza, de 54 años, fue hallado en un arrozal en Alanje, Chiriquí. Desaparecida durante varios días, su cadáver fue encontrado en un estado de descomposición avanzado, lo que alertó a los vecinos. A cuatro meses de este hallazgo, las autoridades aún no han logrado esclarecer esta muerte, dejando a la comunidad en la incertidumbre.
Muertes sin esclarecer.
Más recientemente, el 20 de marzo, la propietaria de un cuarto de alquiler se enfrentó a una escena que parecía sacada de una pesadilla. Al sentir malos olores en una de las habitaciones, se asomó y descubrió el cadáver de Igsiaris González, de 30 años, en cuclillas y ahorcada. La pregunta persiste: ¿se trató de un suicidio o un femicidio? Hasta la fecha, la respuesta sigue siendo un misterio.
La violencia de género es un flagelo que no se puede ignorar. Cada una de estas muertes es un grito desgarrador que clama por atención y acción. La sociedad debe unirse en la lucha contra esta lacra, para que el silencio y la impunidad no sigan reinando sobre las vidas de las mujeres panameñas.