Recoge en un libro los horrores que vivió en cárcel

Fue testigo de asesinatos y hasta un policía estuvo a punto de matarlo cuando intentó fugarse

Se llama Carlos Robinson y asegura que estuvo detenido en la isla de Coiba y la cárcel Modelo y fue testigo de los horrores que se vivió en esos centros penales.

Es una tarde de mayo y Carlos está sentado en una de las bancas del Parque Porras, en Calidonia. Carga un vaso de cartón y varios papeles.

Esos papeles son los manuscritos de su primera obra que piensa publicar próximamente. Se titula: ‘El silencio de la cárcel Modelo de Panamá'.

Carlos decidió escribir el libro porque muchos que estuvieron presos o trabajaron allí, no les convenía divulgar todo lo que sucedía detrás de los barrotes.

-Por eso decidí escribir este libro, porque ha llegado la hora de exponer a la opinión pública los horrores y tribulaciones que se vivieron en la desaparecida cárcel Modelo de Panamá- dice.

Para escribir esta obra, que piensa vender al público panameño y norteamericano, Carlos echó mano a documentos escritos y entrevistas a personas que estuvieron en ambos centros penales.

-En este libro solo he escrito la verdad- comenta jugando con el vaso de cartón.

El exreo expone en la obra varios capítulos, entre ellos la descomposición social; crímenes en la cárcel de Colón; los crímenes atroces que se dieron en la cárcel Modelo y en Coiba.

-La idea de escribir el libro nace a raíz de que nadie , nunca, hablaba sobre lo que pasó allá adentro y yo veía a las autoridades y personas que habían cometido delito, matando personas a sangre fría, ocupando puestos públicos como si nada hubiera pasado. Yo me ponía a pensar qué había hecho por mi vida, qué legado le había dejado a mi familia. Entonces, me dije, por qué razón no recopilo toda esa información de fuentes fidedignas, de personas que participaron y otros que fueron testigos y escribo un libro.

Robinson estuvo seis veces en Coiba y se fugó.

-Estuve preso porque asalté una joyería. Yo era un pelao, tenía como 14 años. Lo hice con varios compañeros. Yo estaba jovencito y pensaba que el mundo era mío-dice riendo.

Ahora dice que se arrepiente y no le desea a nadie una cárcel, porque es una de las cosas más horribles que puede experimentar.

-Es horroroso, porque sabes que vas a ir, pero no sabes si vas a regresar.

Vio gente morir

Carlos cuenta que durante sus años de estadía en la isla de Coiba (6 años) vio gente morir y hasta él mismo estuvo a punto de ser asesinado por uno de los custodios durante un intento de fuga.

Robinson se recoge la basta del pantalón de la pierna izquierda y muestra la cicatriz del balazo que recibió durante su intento de fuga. Él lo cuenta así:

- Un día yo estaba cortando faraguas (hierba que sirve de pasto al ganado) en una quebrada y me escondí debajo de un barranco. Al rato llegó un cabo y me vio. ‘Hey, Carlos Robinson, no estás trabajando, te van a atalayar'- me dijo. Yo le grité un poco de cosa al cabo. Entonces me levanté y caminé a unos 300 metros, y él venía detrás de mí con una 38. No mates al pelaito- le gritaban los otros reos. Hey, sargento dale un chance al pelao- le decía otro. Y cuando íbamos caminando yo le dije, tranquilo, voy a tumbar unas pipas. Sacó su pistola y me apuntó a la cara, pero no salió la bala porque no le había quitado el seguro. En el segundo intento bajó la pistola y me disparó en la pierna, la bala entró y salió. Después me llevaron a Santiago y de allí me fugué con todo y venoclisis y me agarraron llegando a Colón (se ríe).

Nació en El Marañón

Robinson dice que nació en calle 16 en El Marañón y se crió con su abuela en Chepo. Su mamá tuvo muchos hijos y por eso se lo entregó a la abuela. Hoy Carlos es pastor y se convirtió al evangelio y visita las cárceles llevando la palabra de Dios a los detenidos.

El libro

Carlos espera que dentro de tres meses esté terminado el libro. Ya tiene dos casas editoriales interesadas y financiamiento.

El exreo asegura que no le gustaría que volvieran abrir la isla de Coiba, porque el sistema que se implementó en ese lugar fue horrible.

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