¿Quién mató a Eudocia Fredesvinda Gonzáles de Watts?
- domingo 25 de marzo de 2018 - 12:00 AM
PRIMERA ENTREGA
Eudocia Fredesvinda González de Watts murió por múltiples heridas en un motel de ocasión. Estaba embarazada.
Fue uno de los crímenes más horrendos ocurridos en Panamá. Sucedió entre el 12 y la madrugada del 13 de noviembre de 1983 en extrañas circunstancias dentro de la casa de ocasión ‘Mi Lindo Sueño' y posteriormente su cuerpo colocado dentro de su auto. La señora de Watts fue encontrada con el rostro hecho una masa sanguinolenta.
René Hernández es catedrático de universitario, fue reportero de RPC noticias, y uno de los periodistas que más cobertura dio a este hecho de sangre.
Según el docente, el crimen tuvo ribetes pasionales.
‘Fredesvinda era la esposa y, al parecer, la relación extra matrimonial había tomado tanta fuerza que se planeó sacar de la jugada a quien ostentaba el cargo de señora de Watts'.
Investigación
El primer llamado a la policía fue de un empleado de la casa de ocasión ubicado en Juan Díaz, frente a San Antonio.La llamada telefónica describía un cuarto impregnado de sangre.
En la División de Homicidios del entonces Departamento Nacional de Investigaciones (DENI), estaban de turno al menos 8 detectives, entre los que estaba Reyes, experto en señas, lenguaje corporal y lectura de ojos
Los investigadores se desplazaron a toda velocidad desde el cuartel del DENI en San Felipe, en dos vehículos sedanes marca Ford, uno amarillo claro y el otro gris oscuro, pertrechados con armas, guantes, botiquines, maletas con implementos para dactiloscopia (análisis de huellas), además de radios de comunicación portátiles.
‘Demoramos como 25 minutos en todo el recorrido, no había muchos carros en la calle, era alrededor de las 11:00 de la noche, pero perdimos varios minutos antes de salir del cuartel porque tuvimos que esperar a un compañero que había salido a comer, era el fotógrafo', recordó Reyes.
Cuando los detectives llegaron a la casa de citas, el dueño y varios de sus empleados estaban en la parte de afuera, la policía tenía un pequeño control en el sitio.
La habitación estaba literalmente salpicada con manchas de sangre, la cama y sábanas también, sus prendas: un collar de oro, su reloj, su sortija matrimonial y dos más en la mano derecha estaban en su lugar.
Al poco tiempo se dio aviso de un auto estacionado en un matorral, cerca del ‘push button', en cuyo interior había un cuerpo bañado en sangre.
El cadáver
‘Indudablemente este crimen me trastornó por varios días. A la hora de sentarme a la mesa con mi esposa y mis hijos, no podía comer, ellos lo notaban', recordó con nostalgia Reyes.
El cuerpo había sido masacrado como si lo hubiesen hecho con odio, tenía muchas cortadas en el vientre, senos, piernas y contusiones en el rostro. Estaba colocado dentro del auto de Fredesvinda, el escenario causaba espanto y pavor. Ella estaba embarazada, continuó diciendo el detective.
Cada uno de los investigadores asumió inmediatamente su función, eran serios y muy profesionales en el trabajo que ejercían. El inspector llamó por radio para que el médico forense se presentara sin demora a la escena.
Las huellas
Una fuente pericial ligada a la investigación del crimen, dijo que una huella en el retrovisor del auto de Fredesvinda correspondía fielmente y sin lugar a dudas a la del doctor Miguel Watts.
‘El sistema del mono dactilar, en el cual basamos nuestro peritaje, consiste en identificar con una sola huella encontrando los deltas verticilos ( surcos de huella dactilar) y carácteres', reveló el perito.
De acuerdo con el perito forense ‘esa sola huella demuestra que el señalado (Watts), estaba en la escena durante el hecho'.
‘Cuando los detectives estaban en la escena, él (Watts) llegó gritando: ‘¡ah se murió mi esposa!'- seguidamente entró al carro y abrazó a Fredesvinda, pero los investigadores lo apartaron diciéndole que no podía contaminar la escena, pero él no previó que los detectives no lo observaron en ningún momento tocar el retrovisor', aseguró el experto.
Se hizo un careo entre el perito dactilocopista y el acusado, porque su abogado aseguraba que Watts era experto en dactiloscopia, aunque no era así porque solo leyó un libro y eso no lo hace experto, pero finalmente se impuso el criterio del perito forense, declaró la fuente.
Para criminólogos como la profesora Bélgica Bernal Ballolis, directora del Instituto de Criminología de la Universidad de Panamá (Icrup), ‘todas las pruebas encontradas en la escena y posteriormente en su reloj lo incriminaron tanto a él como a su cómplice, y ya ambos cumplieron su condena'.En Panamá no se le puede hacer juicio a ninguna persona por el mismo delito dos veces, aunque aparezcan nuevas pruebas, comentó la docente.(Continuará el domingo).