¿Quién disparó contra Carlos Efraín Guzmán Baúles? Otro crimen militar

A pesar que el juicio se desarrolló en democracia, el jurado absolvió a los imputados
  • domingo 01 de julio de 2018 - 12:00 AM

ASESINATO

C arlos Efraín Guzmán Baúles, de 49 años de edad, era un pequeño empresario que murió de un tiro fulminante en la cabeza, el 13 de septiembre de 1987, cuando participaba de una manifestación que conmemoraba el segundo aniversario del horrendo crimen del doctor Hugo Spadafora.

El triste hecho delictivo tuvo lugar en el puente de San Miguelito, cuando un grupo de antisociales, adeptos al régimen militar de Noriega, disparó contra la manifestación.

Las protestas en la capital iban en aumento, la sociedad civil panameña rompió las cadenas de miedo colectivo a la bota y el fusil militar, ondeando en sus puños pañuelos blancos y elevando su voz por años reprimida. En ese escenario murió Guzmán Baúles.

Hechos

La manifestación estaba programada con anticipación para el 13 de septiembre de 1987, el mismo día en que dos años antes Hugo Spadafora había aparecido decapitado en un poblado cercano a la frontera con Costa Rica, crimen que se le atribuyó a Manuel Antonio Noriega como artífice y a otros militares adláteres suyos.

El pueblo fue congregándose en los alrededores del puente de San Miguelito, grupos de personas ‘civilistas' ,(años antes se había formado la Cruzada Civilista Nacional), para protestar por el horrendo crimen del médico interiorano a manos del dictador. Aún estaba fresco en la mente de los panameños el recuerdo triste del alevoso homicidio.

Desde varios puntos llegaron personas vestidas de blanco y con pañuelos del mismo color para manifestarse. En los cuarteles se estaba ejecutando una reacción de inteligencia para contrarrestar y reprimir la manifestación, con el aparato ejecutor llamado G-2.

Alberto Quirós Guardia, catedrático y comunicador (q.e.p.d.) anunciaba en su emisora lo que en algunas instituciones públicas se estaba desarrollando. Una serie de reuniones en la alcaldía de San Miguelito, donde participaban varios dirigentes locales del partido de los militares, el Servicio de Inteligencia Militar (G2) y el jefe de la Zona Militar Armando Palacios Góndola.

La represión

La muchedumbre donde caminaba Guzmán Baúles hacia el puente de San Miguelito venía desde Las Cumbres. Armados de valor cívico, flameando pañuelos blancos y con el poder ineludible de la palabra se dirigían por la vía Simón Bolívar hacia su objetivo.

Dionisio Aizprúa, jubilado y residente para ese entonces en Paraíso, recuerda que días antes muchos carros de las Fuerzas de Defensa, no identificados como oficiales, salían y entraban de la alcaldía de San Miguelito, hasta en horas de la noche. ‘Balbina dijo en televisión: civilista visto, civilista muerto, solo dos días antes de la manifestación donde le dispararon a Guzmán', afirmó Aizprúa.

¿Culecos en septiembre?

No solo Aizprúa, sino otros testigos que prefirieron omitir su identidad, aseguraron que la provocación vino de parte de funcionarios adeptos al régimen militar, solapadamente encubiertos por las autoridades. ‘Cuando los protestantes civilistas llegaron al mencionado cruce donde está el puente, se encontraron con un grupo de personas y vino la confrontación', reveló el jubilado.

Un informante señaló a El Siglo que en el juicio donde estaban imputados, se evidenció que fue Córdoba quien organizó unos culecos en el mismo sitio donde se reuniría la manifestación civilista, con el objetivo de impedir que estos llegaran al sitio.

Posterior a un proceso de varios meses, en el mes de junio de 1994, un jurado de conciencia declaró inocentes a los tres imputados por el homicidio de Carlos Efraín Guzmán Baúles, Córdoba Caicedo Amado y Palacios Góndola, así quedó impune otro crimen del régimen militar.

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INFORMACIÓN

El jurado de conciencia fue escogido entre funcionarios adeptos al partido de los militares.

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Imputados y ninguno condenado, fue el resultado del juicio por el homicidio de Carlos Guzmán Baúles

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