La muerte trabaja horas extras

Marzo, en la mayoría de las ocasiones, es el mes de transición entre el verano y el invierno.

Este 2014 no ha sido diferente, pero los seis primeros días del mes han traído un agregado especial: sangre.

Y es que el líquido rojo se ha derramado por varios rincones, corregimientos y distritos del país.

Hasta ayer, se habían reportado 16 homicidios en lo que va de este mes. Una mediana de 2.5 asesinatos cada 24 horas.

DÍA MÁS SANGRIENTO

El Domingo de Carnaval fue el día más sangriento. Fueron asesinados siete hombres. Lo curioso es que ninguno tenía más de 27 años.

Ese día fueron ajusticiados a tiros Dángelo Boye, de 24 años; Jonathan Romero, de 27; Francisco Solórzano, de 27; José Luis Cualla, de 27; y un menor de 14 años.

Carlos Ceballos y José Gutiérrez, ambos de 27 años, también vieron ese día sus vidas segadas. Sus muertes se debieron a riñas o peleas.

El primero de marzo (Sábado de Carnaval) no fue menos agresivo. Hubo cuatro asesinatos en el país.

Ese 1 de marzo tres de los cuatro ajusticiados no pasaban de los 30 años.

La injusticia terrenal, en este tramo de seis días, fue la muerte del bombero José Gutiérrez, quien tras separar a dos hombres que sostenían una pelea en un bar ubicado en Changuinola, Bocas del Toro, pagó con su vida.

Él recibió dos disparos por parte de su verdugo. Tras las investigaciones se determinó que los hombres peleaban a una mujer.

INGESTA DE ALCOHOL

Del 1 al 6 de marzo del año 2013 hubo 11 homicidios. Un promedio de 1.8 por día.

La procuradora de la Nación, Ana Belfon, atribuye estos homicidios a la alta ingesta de licor por parte de la sociedad en estos días.

Sugiere que se debe regular excesivamente la venta de bebidas alcohólicas, ya que el Código Penal establece que droga es cualquier sustancia psicotrópica que produzca desequilibrio en el sistema nervioso central, por lo que el alcohol encaja en esa descripción.

Para el sociólogo-criminólogo Tirso Castillo, este aumento de crímenes no debe hacer que cunda el pánico en la sociedad.

Sostiene que la violencia en el país tiene una tendencia cíclica, ya que varía por mes. ‘Puede aumentar en el inicio y bajar después’, acotó.