Escopetazo lo llevó al cielo y aún no se le hace justicia

Han pasado 5 años desde que Rolando fue asesinado por un Policía en Calidonia
  • viernes 22 de enero de 2016 - 12:00 AM

SIN RESPUESTAS

El tiempo pasó volando para los familiares de Rolando Rangel Cuesta, (a) ‘Guabita', y a 5 años después de su muerte aún no han visto justicia.

El Siglo se trasladó hasta el PH Capira, en San Miguel, Calidonia, lugar que fue el escenario de un crimen el pasado 1 de febrero de 2011.

Lo que los ojos vieron

‘Chilly' es vendedora de comida y reside en San Miguel. Ese día sus ojos vieron prácticamente todo lo que sucedió. Ella contó su testimonio.

Relata que eran las 7:00 de la noche de ese día e iba llegando a su casa cuando vio a Rolando sentado en el pasillo junto a otros vecinos. ‘Ellos conversaban y veían un partido de fútbol', dijo la mujer, quien resaltó que Rolando era el único menor del grupo.

‘Chilly' dijo que ‘Guabita' vivía en un edificio vecino junto a su madre, quien le traía comida.

Llegó la muerte

Todo se mantenía tranquilo hasta que en cuestión de segundos llegó la muerte. Tres policías se acercaron de repente a los muchachos. Salieron del costado de uno de los edificios. Estaban armados con pistolas 9 milímetros y una escopeta calibre 12. Les apuntaron.

‘¡Quédense quietos!', les gritaron.

Y así fue. Los jóvenes se quedaron tranquilos mientras eran requisados, pero un cabo del grupo se acercó a Rolando y se lo llevó aparte.

‘Fulo', quien también fue requisado por los policías ese día, cuenta su versión.

Él narra que ‘Guabita' le preguntó al uniformado: ‘¿Por qué me lleva si no tengo nada?'.

‘Fulo' dice que fue lo último que oyó de la boca de Rolando mientras lo veía levantarse el suéter.

Rolando siguió caminando mientras el Policía le apuntaba por la espalda. Segundos después los perdió de vista y acto seguido escuchó un disparo.

Furia e historia

El acto trajo temor al instante por parte de los compañeros del cabo, quienes, según vecinos, le preguntaron por qué le había disparado al chico.

El cabo no respondió y sus compañeros se fueron con dirección a la subestación del lugar. La furia se apoderó de los vecinos, que les gritaron y tiraron botellas a los tongos.

Rolando murió horas después en el Santo Tomás. Su hermana Margarita dice estar decepcionada de la falta de justicia.

Ella añade que Rolando no dejó hijos y que era el más pequeños de 8 hermanos y confesó nunca haber contactado a un abogado ni contado con uno de oficio. Esto hace más opacas sus esperanzas de justicia.

Una fuente policial dijo que el cabo señalado en el crimen anda libre, trabajando en el interior.

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IMPOSIBLE

  • 20 a ños tuviera Rolando. Cumpliría el 21 de febrero
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UNIFORMADOS

  • 3 p olicías llegaron hasta donde estaba Rolando y el resto del grupo
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DATOS

  • Margarita no cuenta con abogados y nunca tuvo uno de oficio.
  • Ella y su familia piensan que alguien más mandó a matar a Rolando.
  • Vecinos aseguran que por la mirada y comportamiento del Policía, este estaba bajo los efectos de alguna sustancia.
  • Antes de eso ni después se registró algún evento similar.
  • Rolando sí estudiaba.

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