¿Dónde están Luz Clarita y Geodisys Anabel?

Usó el celular de su víctima con otra tarjeta de memoria, luego la retiró del equipo
  • domingo 27 de octubre de 2019 - 12:00 AM

Dos niñas desaparecieron en Las Tablas, provincia de Los Santos, en menos de un año de diferencia entre un caso y otro, sin dejar rastros y ocasionando temor entre los habitantes de la región.

Luego de siete años del suceso, la investigación sigue abierta para ambos casos por parte de las autoridades judiciales.

Luz Clarita Domínguez Ramos, de 14 años, una rubia adolescente, de ojos parecidos a la miel y dulce carácter, salió de la casa donde trabajaba su madre, en Punta Fogón, un sector en el distrito de Las Tablas, hacia el colegio Manuel María Tejada Roca, donde cursaba el tercer año, pero no regresó a su casa.

Eran las 6:40 de la mañana, del día 22 de julio de 2012, cuando Luz Clarita se despidió por última vez de su madre, Clara Ramos.

Un carro negro

Pastora Ramos, tía de Luz Clarita, señaló que la encantadora niña le dijo a su madre, días antes, que ella tenía temor porque un carro negro la seguía desde las cercanías de la escuela cuando caminaba hacia su hogar.

Según Pastora, su hermana Clara no le prestó mucha atención a lo descrito por la niña, porque ellos no tenían enemigos, pero sin saber que alguien acechaba siniestramente a la doncella.

La distancia entre Punta Fogón y Las Tablas Abajo, el barrio donde residía Luz Clarita, es de varios kilómetros. La adolescente se quedaba a dormir con su madre en Punta Fogón, de lunes a viernes.

‘La madre de Luz Clarita trabajaba allá de lunes a sábado, la juvenil se quedaba con ella de lunes a viernes, y a veces la niña se iba directamente a su casa los viernes y otras veces se quedaba con su madre para regresar juntas el sábado', contó su tía .

Esa fue la razón por la que la familia de Luz Clarita no se dio cuenta de su desaparición, sino hasta el sábado 23, alrededor de la 1:30 de la tarde cuando Clara llegó su a casa.

La familia sigue sufriendo, la madre de Luz Clarita está bajo medicamentos, ha estado muy mal todos estos años, casualmente el pasado 5 de octubre, Luz estuvo de cumpleaños, hubiese cumplido 22 años, según Pastora, fue un día muy triste.

La investigación por la desaparición de Luz Clarita, inició como consecuencia de la denuncia interpuesta el 26 de junio, por Clara Ramos. Su hija había salido para la escuela y no había regresado a casa, describe lo medular de la denuncia ante el Ministerio Público.

Numerosas diligencias realizaron los fiscales de homicidios y la policía local en la época, para dar con el paradero de la menor, pero infructuosamente.

Luis Alberto Martínez Sánchez, fiscal superior del Cuarto Distrito Judicial de Azuero, desde marzo del año 2018, está ahora al frente de la investigación. Aclaró que hasta la fecha no se tiene ningún dato cierto de su estado físico y hay una presunción de que pudiera estar muerta.

Algunos puntos de la investigación han sido ampliados y profundizados, a través de nuevas entrevistas a personas del lugar, actuaciones periciales, recorridos e inspecciones en el área donde desapareció Luz Clarita, dijo el fiscal Martínez Sánchez.

Un testigo

El fiscal revisó el expediente y pudo verificar que para entonces hubo un testigo cuyos padres no permitieron que declarase por ser menor de edad, pero que ahora ya es adulto.

El investigador judicial reveló que esta fuente ha suministrado información interesante sobre el caso, pero que todavía resulta insuficiente para decir de forma contundente qué pudo haber sucedido con Luz Clarita.

Secuestro de Geodisys Anabel

Siete meses después de la desaparición de Luz Clarita, otro triste hecho entristeció la comunidad, el 17 de enero de 2013, la joven Geodisys Anabel Sáez Figueroa, de 17 años, desapareció en la misma localidad de Las Tablas, a las 12 del día, luego de salir del trabajo, sin dejar rastro.

Geodisys Anabel trabajaba medio tiempo en la panadería Yiya, en Las Tablas, y, simultáneamente, estudiaba en el Instituto Computacional y Laboral de Las Tablas (ICLA), en horario vespertino. Tenía una beca y le faltaban tres meses para graduarse de bachiller, comentó su padre, Celestino Sáez Peralta.

El caso de Geodisys Anabel fue un tanto diferente al de Luz Clarita. El secuestrador pidió un rescate, aparentemente, desde el mismo celular de su víctima.

Martínez Sánchez explicó que se pudieron encontrar evidencias de una persona en cuyo poder estaba un reloj perteneciente a Geodisys Anabel, una pulsera y un celular, además de otras pruebas que lo relacionaron directamente con el secuestro de la menor.

Don Celestino, por su parte, sentado en el bar que administra en Las Tablas, recordó con dolor ese día y sus lágrimas inundaron sus ojos.

Una evidencia admitida por el tribunal que juzgó a Jorge Eduardo Castillo Villarreal, descifra que él usó el celular de Geodisys Anabel, sacándole la memoria e introduciéndole otra de su propiedad, con la que hizo las llamadas a sus familiares para solicitar un rescate de 12,000 dólares, posteriormente otra persona llamó para pedir $25,000.

Sabuesos

Playa La Colorada fue recorrida varias veces por el fiscal Martínez Sánchez, su equipo de investigadores y la policía. El funcionario sospecha que ambas niñas pudieron haber sufrido algún ataque a sus vidas y tal vez pudieron haberlas escondido en algún lugar del área mencionada.

También se usaron perros expertos en búsqueda de restos humanos en varias playas y sitios de la región.

Las autoridades judiciales y de investigación, al mando del fiscal Martínez Sánchez, siguen con las diligencias periciales, testimoniales, documentales, así como inspecciones a distintos lugares de la provincia para profundizar en la investigación con el fin de encontrar evidencias que contribuyan a esclarecer ambos hechos y la vinculación del presunto responsable.

Castillo Villarreal fue condenado a cumplir una sentencia de 20 años por el Tribunal Superior de Justicia del Cuarto Distrito Judicial, el 5 de abril de 2017, por el secuestro de Geodisys Anabel, además, dicho tribunal lo condenó a 5 años adicionales por lesiones personales contra otra menor de edad a quien había incitado a tener sexo, basado en el artículo 138 A del Código Procesal Penal.

La sentencia fue apelada, pero el 14 de septiembre de 2018 la segunda instancia mantuvo el fallo dictado en primera instancia.

Las dos familias esperan que, para bien o para mal, las niñas aparezcan, mientras tanto, el equipo del fiscal Martínez y la policía desarrollan todo tipo de diligencias para encontrar a Luz Clarita y a Geodisys Anabel.

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