Despiden a despachador de gasolinera, víctima inocente en medio de balacera

Los restos de Luis Alberto González , de 50 años, el trabajador inocente asesinado de un balazo en la frente durante un tiroteo en una estación de combustible ubicado en Paitilla, fueron despedidos la tarde de este miércoles en medio del dolor y clamor de justicia. No hay detenidos.

Las exequias de Luis, quien tenía 20 años de trabajar como despachador en la mencionada gasolinera, se llevaron a cabo en la parroquia Santa Rita de Casia localizada en el sector de Fuente del Chase, en el corregimiento Barrio Colón de La Chorrera, donde familiares, amigos y compañeros de trabajo se dieron cita para darle el último adiós.

El crimen ocurrió la madrugada del jueves 23 de mayo. Luis se encontraba despachando a un cliente cuando desconocidos llegaron en dos autos a la estación y se enfrentaron a tiros como en el viejo oeste. Una de las balas impactó la frente del humilde trabajador que murió de forma instantánea en el lugar.

Tras la balacera los pistoleros salieron huyendo.

“Él no merecía morir así”, dijo una de sus hijas, quien lo describió como un hombre responsable, trabajador y a quien no le gustaba pedirle nada a nadie.

Sus familiares contaron que Luis era el único sustento de la familia y ahora con su muerte habían quedado solos.

Luis era padre de 7 hijos, la mayoría menores, la mayor tiene apenas 18 años y con su trabajo de despachador de combustible dio sustento en todos estos años a su familia. Sus hijos están devastados.

Su hija mayor dijo a El Siglo que el día que ocurrió el crimen a su padre no le tocaba ese turno, pues solía entrar a laborar de 1:00 de la tarde a 9:00 de la noche.

“Pero ese día un compañero que tenía problemas familiares le pidió que le cubriera su turno”, dijo el familiar.

Una fuente del Ministerio Público aseguró a este diario que por este hecho de sangre no había ninguna persona detenida.

Los familiares de Luis, quien era oriundo de Chiriquí, solo piden que se haga justicia y su muerte no quede impune.

El día que lo asesinaron, su esposa lo estuvo esperando y como no llegaba, lo llamó al celular, pero no contestó. Y es que a esa hora ya Luis había perdido la vida a manos de unos pistoleros.