Cocinó a su pareja para alimentar a sus hijos
- domingo 20 de febrero de 2022 - 12:00 AM
Tal vez el hecho de haber sido violada por su padre y sus hermanos cuando apenas había cumplido los 11 años de edad, convirtieron a Katherine Mary Knight en una mujer amargada, insensible, violenta y asesina.
Katherine, a lo largo de su azarosa vida tuvo varios maridos y amantes con los que procreó cuatro hijos y a quienes muchas veces terminaba abandonándolos con sus exparejas.
En 2001 Katherine se convirtió en la primera mujer en ser sentenciada a cadena perpetua en Australia, tras asesinar, desollar y cocinar la cabeza de uno de sus amantes en el pueblo de Down Under .
Ella nació en el poblado de Tenterfield, el 24 de octubre de 1955 en Australia en medio de una familia problemática.
A los 15 años dejó la escuela y trabajó en un almacén de ropa, pero más tarde, en 1971, consiguió una plaza en un matadero cortando despojos.
En una ocasión Katherine comentó que había conseguido el ‘trabajo de sus sueños' desollando animales.
Katherine se convirtió así en una experta en el manejo de cuchillos, a tal punto que hasta dormía con ellos.
Katharine tuvo relaciones tóxicas con varios hombres a quienes terminaba agrediendo por su inseguridad con golpes y cuchillos. Estos, al final, terminaban denunciándola con la policía y separándose de ella antes que los matara.
El único que no pudo escapar de su amor tóxico fue John Price, a quien Katherine conoció en el matadero.
En 1998, le pidió que se casara con ella, pero John rechazó la propuesta. Eso desencadenó la ira de Katherine, quien, para vengarse lo acusó ante su jefe de haberse hurtado varios objetos de la oficina y fue despedido.
Debido a sus constantes agresiones, él se separó de ella
Un día en el 2000, Katherine volvió a encontrarse con Price y lo invitó a su casa. Tuvieron relaciones sexuales y él regresó con ella, pensando que había cambiado. Pero las discusiones no terminaron y un día Katherine le propinó un golpe a John y una puñalada en el pecho.
John la acusó a la Policía y le dijo a sus nuevos compañeros de trabajo que si no aparecía al día siguiente, algo malo le habría pasado. Al día siguiente, tal como lo había advertido, John no llegó a su nuevo puesto laboral y sus compañeros comenzaron a preocuparse. Decidieron ir a buscarlo a la casa.
Lo que vieron dentro de la vivienda fue horrible, sangre por todas partes y llamaron a la Policía.
Las autoridades hallaron dentro del inmueble sangre en las paredes y en el piso.
John yacía con el cuerpo desollado, su piel colgaba de unos ganchos a modo de cortina sobre una puerta y su cabeza decapitada había sido cocinada en una olla llena de verduras.
También sus nalgas habían sido cocinas fileteadas y puesto sobre una bandeja de horno con más verduras.
La Policía determinó que había recibido 36 puñaladas en diferentes partes del cuerpo.
Después hallaron a Katherine inconsciente en la cama, se había tomado varias pastillas para dormir.
Tras ser arrestada, Katherine dijo a la Policía que pensaba dar de comer los restos de John a sus hijos, pero nunca logró hacerlo, porque los hijos se habían ido a la casa de unos familiares.
En octubre de 2001, Katherine, tras ser hallada culpable del crimen de John Price, fue condenada a cadena perpetua y así se convirtió en la única mujer en Australia en recibir esa sentencia.