Lam Chan y la disputa por el control de la mafia china
- domingo 28 de abril de 2019 - 12:00 AM
Horacio Lam Chan, de 72 años, en su juventud en China, fue un excepcional hombre de negocios, además, estuvo ligado a un grupo que mercadeaba granos hacia varios países. En Panamá, se hizo rico, pero sus días acabaron violentamente una noche de octubre de 2010.
Heishou dang
La mafia o heishou dang, en mandarín, era una organización controlada por un reducido grupo de negociantes de varias áreas comerciales chinas en Panamá, según investigaciones, uno de los principales controles era canalizado a través de casinos, en los que siempre había un jefe o tou.
Lam Chan, de acuerdo con un informe fiscal, murió de dos plomazos en el cráneo y rematado con uno en la mano y otro en el pecho, a prima noche del sábado 2 de octubre de 2010, cuando apenas pudo subir a su automóvil, una camioneta 4x4 de color negro, en el restaurante El Palacio Rey Kung de su propiedad.
El anciano quedó reclinado sobre el asiento detrás del volante, su ropa manchada de sangre y un aspecto de terror en su rostro, devela el informe citado.
Llamado ‘El Emperador' y también ‘El Cobrador', Horacio tenía amistades en los círculos más poderosos del gremio de empresarios chinos en Panamá, Estados Unidos y China.
La muerte tenía un precio
‘El Emperador', además de empresario era un aficionado por naturaleza a los juegos de azar y también tenía el pasatiempo de usurero y prestaba grandes sumas de dinero a pequeños comerciantes de nacionalidad china para que se abrieran camino en los barrios del país.
Chen Kwai Chu, de 46 años, fue ultimado de nueve tiros, el 25 de agosto del mismo año, cuando intentaba ingresar a ‘El Palacio Rey Kung', propiedad de Lam Chan. Las unidades investigadoras encontraron en un bolsillo de Kwai Chu una tarjeta de presentación con el nombre de Lam Chan, una elevada suma de dinero en efectivo y fichas de un casino local.
Horacio estuvo detenido, luego de ser vinculado al crimen de Kwai Chu, pero fue liberado por el entonces fiscal Auxiliar, Carlos Augusto Herrera, por falta de pruebas contundentes.
Dos días después de este crimen, Horacio recibió una secuencia de llamadas en las que se le amenazaba de muerte, El Siglo logró tener acceso a un documento en que se describe una de estas llamadas: ‘tu cabeza tiene precio' en su traducción al español del idioma mandarín.
Horacio contrató un escolta personal y conductor, pero de nada le sirvió, pues este resultó con herida leve en el atentado.
Lam Chan nunca presentó una denuncia por ningún caso.
Misterio
El fiscal Tercero Superior, Víctor Barrios, detalló en su vista que en un video de una cámara del local comercial se describe al homicida de perfil asiático cambiándose de ropa luego de vaciar el arma contra su víctima.
El homicidio de Horacio es otro de los crímenes más misteriosos que han quedado como un caso sin resolver en Panamá.
No obstante, datos extraoficiales dan cuenta que fue eliminado por un caso en que se le quitó la vida a un hombre, luego que en su negocio se jugaran unos 260 mil dólares.
El asesino se desconoce, pues nunca fue detenido.