Le arrancaron su sueño

J osé del Carmen Castillo Cuevas, de 19 años, era un joven soñador y tranquilo. Al menos así lo describieron sus familiares, quienes res...
  • martes 09 de octubre de 2012 - 12:00 AM

J osé del Carmen Castillo Cuevas, de 19 años, era un joven soñador y tranquilo. Al menos así lo describieron sus familiares, quienes resaltaron que el sueño del joven era ingresar en enero al Servicio Nacional de Fronteras (Senafront).

La noche del domingo ese sueño se esfumó cuando el Cabo Segundo de la Policía Nacional, Félix Alberto Madrid, con un arma de fuego y en estado de embriaguez, presuntamente le propinó a José un tiro en el abdomen y otro en el muslo derecho cuando compraba frituras junto a su hermano y unos amigos en el sector N°. 5 de Samaria, distrito de San Miguelito.

ANTECEDENTES

‘Niñón’, como conocían a José, residía alquilado en un cuarto de El Progreso, en Burunga, Arraiján, muy cerca de sus abuelos de quienes nunca se quiso separar. La dos razones por las que José llegó el domingo a Samaria fue para visitar a su mamá y para acompañar a su hermano Alexander Castillo, quien cumplía 25 años.

La pareja de hermanos salió la tarde del domingo junto a seis amigos para celebrar la fecha. Pasaron unos momentos agradables entre risas y tragos. Luego se dirigieron al local de frituras ‘La Tincito’, para comer algo.

En ese lugar apareció el policía, quien andaba de civil, pues era su día libre. Este reside cerca del puesto de frituras. Al llegar sacó un arma de fuego con permiso y realizó dos detonaciones, una al cielo y otra al suelo. Dominado por los efectos del alcohol, el hombre alegó que nadie iba a robar en su sector y abrió fuego contra José, quien cayó desplomado al suelo, dijeron testigos.

Nadie intentó quitarle el arma al agresor, quien minutos más tarde acudió por su cuenta al Cuartel de Santa Marta para entregarse a las autoridades.

José, tras ser baleado, fue trasladado en un taxi a la subestación de Samaria y luego trasladado a la Policlínica María Valdés, en Veranillo, San Miguelito, pero fue demasiado tarde, José había fallecido en la patrulla.

DEJA DOS HUÉRFANAS

José era el menor de tres hermanos, estaba unido a una joven de 18 años con la cual tenía dos niñas: una de un año y 10 meses y otra de nueve días de nacida. El joven anhelaba trabajar para construir una casa a su familia. Sus familiares exigen justicia y piden que al menos indemnicen a sus hijas.