Algunos policías continúan con sus actos degradantes

Vulgaridades, exceso de autoridad e irrespeto, empañan la institución
  • viernes 26 de septiembre de 2014 - 12:00 AM

CASOS

El código de la Policía Nacional, en su artículo 19, es bien explícito: ‘A los miembros de la Policía Nacional en el desempeño de sus labores profesionales (...) están impedidos de infligir , instigar o tolerar actos de tortura y otros ac- tos crueles, inhumanos o degradantes.

Esta norma pareciera ser que no es conocida por algunas unidades policiales; sus actos así lo manifiestan.

Entre los más recientes, está el caso de las unidades que retuvieron a un menor de edad, a quien encontraron robando.

El menor, dentro de la patrulla, lloraba y clamaba por su madre; los policías lo consolaron diciendo lo siguiente: ‘Pero por qué lloras?, si con el lubricante no te va doler, con lubricante entra como si nada’, comentaron.

A su vez, se reían y grababan al ladronzuelo.

Hace 15 días, cuando sucedió la masacre de una familia en La Chorrera, los altos mandos policiales dieron la orden a subalternos que borraran las fotos de sus celulares, porque la escena era macabra. La orden no fue acatada y una tétrica imagen fue divulgada por la red Whatssap. En la foto se veían los agujeros de bala en la anatomía de los menores.

Hace tres años

La noche del 22 de septiembre de 2011, el médico Rafael Pérez Castillo, viajaba en su auto para recoger a uno de sus hijos, cuando llegó a un retén policial en El Carmen. El uniformado Miguel Rivera le ordenó estacionarse a un lado de la vía y le exigió la licencia de conducir.

Luego, el sargento Ferdín González le roció gas pimienta en el rostro, por lo que Pérez Castillo intentó defenderse, pero fue arrojado al piso y le patearon la cara y la cabeza.

Hoy, Castillo recuerda todo, incluso, lo morado que se le puso la cara por la golpiza.

2012

Rafael Martínez presentó una demanda de 5 millones contra la Policía , por delitos personales y torturas en perjuicio de su hijo del mismo nombre.

Aquel 9 de septiembre de 2012, el subteniente Boris Rodríguez Morales, y el agente Mario Alberto Rodríguez y otros siete policías más, le dieron un tunda en el cuartel de San Miguel.

El día que se le entrevistó solo dijo: ‘Yo nunca he tenido problemas con la justicia. La primera vez que conocí el cuartel de San Miguel fue ese día’.

Altos mandos de la Policía Nacional informaron que este tipo de actitud es reprochable y no tolerarán que se sigan dando.

Añadieron que tanto denuncias anónimas, como oficiales presentadas en la Dirección de Resposabilidad Profesional (DRP) todas son evaluadas y, posteriormente, se determinan responsabilidades.

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