Acusado de matar 30 niños pero nunca pagó por esos crímenes

Fue la muerte de dos adultos lo que lo llevó a cumplir cadena perpetua
  • domingo 07 de abril de 2024 - 12:00 AM

Wayne Williams, un asesino en serie aterrorizó a Atlanta, entre los años 1979 y 1981, la policía ni el FBI no pudieron obtener una sola pista verdadera.

Durante tres años, entre 1979 y 1981, los ciudadanos de Atlanta, Georgia, vivieron inmersos en una pesadilla de terror en la que los cadáveres de niños y adolescentes proliferaban como hongos debajo de los puentes, en los ríos, en basurales y hasta detrás de algunas casas.

Todos, sin excepción, eran afroamericanos y la mayoría había muerto por estrangulación.

Cada niño muerto no solo aumentaba el terror de la población, sino que era un golpe en la cara de la policía local, que no tenía pistas y se mostraba impotente ante una ciudad que le pedía que actuara.

Cualquier niño entre 7 y 17 años podía ser la siguiente víctima, que a mediados de 1981 ya sumaban 30.

Con ese panorama, el FBI tomó cartas en el asunto y lo primero que hizo fue ponerle una sigla: ATKID, Atlanta Kids Murders (Los asesinos de niños de Atlanta) incertidumbre sobre si se trataba de uno o de varios criminales.

El primer niño asesinado atribuido a ATKID fue el de Edward Hope Smith. El chico de apenas 14 años, desapareció en julio de 1979. Encontraron su cuerpo una semana después en un terreno baldío. Lo habían matado de un balazo.

Ese mismo día apareció otro cuerpo, no muy lejos del primero. Era otro joven negro de 13 años, Alfred James Evans, y lo habían estrangulado.

Milton Hart también de 14 años, fue visto por última vez en una bicicleta amarilla el 4 de septiembre de 1979. Su cuerpo fu encontrado el 16 de noviembre de 1979 y la autopsia no pudo determinar la causa de su muerte, aunque se descartó que lo hubieran asesinado con un arma de fuego.

La siguiente víctima fue Yusef Ali Bell, de 9 años, que fue visto por última vez el 2 octubre de 1979. Su cuerpo fue encontrado más tarde ese mismo día en una escuela vacía. La causa de la muerte estrangulamiento, según el informe policial.

El 6 de noviembre de 1980, el FBI abrió una investigación preliminar sobre el caso. El analista Roy Hazelwood de la Unidad de Ciencias del Comportamiento en Quantico voló a Atlanta a mediados de 1980 para investigar los asesinatos.

Fue seguido unos meses más tarde por el también analista del FBI John Douglas, que llegó a Atlanta a principios de 1981 para desarrollar un perfil formal de persona o personas responsables de los asesinatos de niños.

Douglas creía que se trataba de una persona probablemente afroamericana ya que una persona blanca “no podía viajar fácilmente en vecindarios negros sin crear una sospecha. Este elemento era parte del perfil a pesar del hecho de que un asesino en serie afroamericano era inusual”, postuló en su informe.

Además, señaló que probablemente se tratara de una persona con una inteligencia superior a la media que se presentaba como figura de autoridad y que había tenido frecuentes cambios de trabajo.

Para mayo de 1981 los muchachos muertos sumaban 30 (28 varones y dos niñas) y no se había avanzado siquiera un paso para atrapar a el o los asesinos.

La noche del 22 de mayo, los policías del puesto montado en uno de los puentes sobre el río Chattahoochee escucharon un fuerte chapoteo en el agua y poco después vieron venir a una camioneta Chevrolet blanca que cruzaba el río.

El hombre fue identificado como Wayne Williams, dijo que era conductor de un programa de radio y que iba a la casa de una cantante llamada Cheryl Johnson a la que quería entrevistar.

Las alarmas saltaron dos días después, cuando el cuerpo desnudo de Nathaniel Cater, de 27 años, apareció flotando en el río, cerca del puente. El médico forense dictaminó que había muerto por asfixia, pero nunca dijo específicamente que había sido estrangulado. Al día siguiente apareció otro cuerpo en el río, también de un adulto. Se lo identificó como Jimmy Ray Payne, muerto por asfixia.

El 21 de junio de 1981 Wayne Williams fue acusado formalmente de los asesinatos de Nathaniel Cater y de Jimmy Ray Payne.

La presentación del caso por parte de la fiscalía fue muy criticada y algunos testigos dejaron muchas dudas. Dos agentes especiales del FBI declararon que las posibilidades de que las víctimas no hubieran tenido contacto con Williams eran “virtualmente imposibles”, basadas solo en la rareza comparativa de las fibras encontradas en las víctimas que parecían coincidir con el auto del sospechoso.

Cuando Williams fue detenido y condenado por el asesinato de dos adultos, la cadena de muertes de niños se detuvo, y nunca se pudo probar que fuera el autor.

No te pierdas nuestras mejores historias