‘Se vale quejarse, pero tenemos que encontrar soluciones', César Barría

El nadador y ‘Coach' describe como logró hacer de un infierno, el triunfo de su vida
  • lunes 06 de marzo de 2023 - 12:00 AM

De ser un joven común y corriente, con sueños y aspiraciones, un día se encontró acostado en el hospital rodeado de su familia y un médico que le comunicó una de las peores noticias de su vida. Pero supo transformar el dolor en una oportunidad para demostrar al mundo, pero principalmente a sí mismo, que nada, ni siquiera la amputación de su pierna derecha, lograrían mermar su capacidad o etiquetarlo socialmente como un discapacitado. Su experiencia es hoy un ejemplo para todos.

A las personas que han pasado por situaciones traumáticas les cuesta mucho salir adelante, ¿cómo lo enfrentó?

Es todo un proceso que a veces es muy complejo. En mi caso pasó un accidente en el que yo estaba ayudando a un amigo a empujar el carro, vino otro carro que no nos vio y nos impactó. Yo tenía 21 años cuando sucedió el accidente. Me levanté al día siguiente y el médico me dio la noticia de que tuvieron que amputarme la pierna derecha. Habían hecho todo lo posible, pero no pudieron salvarla. Era como reconocer lo que estaba sucediendo en ese momento. Complejo porque de la noche a la mañana te cambia la vida. Es un impacto muy fuerte. Cuando recibimos la noticia, mis familiares y yo, nos dio un dolor inmenso.

Se preguntó, ¿por qué a mí?

Sí, yo estaba en la cama, acostado, me decía, no puedo hacer mucho en este momento, pero puedo poner mi disposición con las enfermeras, con mi familia, de que yo quería salir adelante en lo que estaba haciendo. Estábamos en la casa y yo quería salir adelante. Claro, está la etapa de llorar, de pasar un duelo, pero en la otra cara había agradecimiento de estar con vida. Tenía sufrimiento, pero también agradecimiento porque recordé todo lo que había pasado durante el accidente y me di cuenta de que pude haber muerto en el sitio.

En estas circunstancias a veces uno siente que la gente alrededor le tiene lástima. ¿Cómo lo combatió?

Yo poco a poco fui viendo algunas cosas, yo percibía el dolor y la lástima. Pero comencé a enfocarme en mis capacidades. Yo no intentaba que vieran mi discapacidad, sino mi capacidad. Entonces me concentré en eso. En cómo asumía mi día, trataba de poner una sonrisa a lo que estaba viviendo, aunque era complejo, trataba de poner mi mejor disposición. Trataba de enfocarme en mis talentos, en mis capacidades y ahí fue cuando después de un año rehabilitación en todos los sentidos -trataba de ir a mis terapias físicas- me planteé objetivos. Uno de ellos era volver al deporte. Me dije: quiero representar a Panamá. Me di cuenta de que mañana no sé si nos levantamos. Yo me dije: no me puedo ir de este mundo sin haber intentado.

Cuando uno pasa por una situación como la suya, experimenta miedos, te invaden la cabeza, ¿cómo se planteó objetivos tan altos?

Yo sé que el miedo es aterrador, a veces no tenemos el entorno adecuado, los recursos para emprender el viaje para echar adelante ya sea a nivel profesional o emocional. Pero algo que me motivó mucho fue un escrito de Pablo Coelho que decía: el mundo está en manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y de correr el riesgo de vivir sus sueños. Yo quería echar para adelante y hay que atreverse a equivocar. Yo no me quería ir de este mundo sin haberlo intentado. Esos miedos son parte del proceso que uno tiene que pasar y la evolución como ser humano y encontrar los motivos. La motivación es importante, pero a veces nos dejamos llevar de las sensaciones de que tenemos que estar bien, alegres, y no necesariamente es así. Tenemos que encontrar las razones y los motivos para echar para adelante.

¿Por qué se decidió por nadar distancias ultra largas?

Me decidí por el deporte de nados de agua abierta a ultra distancia porque era una manera para mí de poder explotarme y sacar lo mejor de mí a nivel deportivo. Pero yo quería ir más allá de las medallas que podía recibir, quería de alguna manera que la representación de nadar en las aguas abiertas pudiese inspirar a algunas personas de que, así como yo estaba cumpliendo mis metas y luchando contra corriente para llegar a un objetivo, como cruzar de Europa a África, quería que cada persona se viera en ese espejo de su día a día. También que pese a las corrientes, a la dificultad a la que nos topamos todos los días, poder hacer frente con todas nuestras capacidades.

Me da la impresión de que también es una forma de probarte a ti mismo de lo que eres capaz….

Así es. Y así fue como inició. Empezó con un reto más pequeño que fue aquí en Panamá, que era cruzar la vuelta a Colón, eran cinco kilómetros a nado en el mar, que tomó más de dos horas. Era el hecho de demostrarme que yo podía hacer cosas importantes en mi vida. Luego de ese accidente para mí fue esa oportunidad. Como tu mencionas en la medida en que uno crece y puede aportar en la vida del otro, mejor. Pero esa fue la chispa que me motivó.

Comenzó en 2008 con el estrecho de Gibraltar, de ahí en Santa Bárbara (2012) y luego en Panamá en 2013. De estas carreras, ¿cuál fue la más difícil?

Yo creo que fue la del estrecho de Gibraltar por ser la primera. Por lo menos en Centroamérica nadie lo había hecho, con o sin discapacidad. Nadie había dado el primer paso, vencer tus miedos, la inseguridad de que si lo puedes o no lograr, eso me costó al principio mucho, pero valió la pena. A nivel técnico las corrientes, acostumbrarte a bajas temperaturas, vientos, fue un tema complejo para mí y el equipo técnico que me ayudó en la preparación. Pero valió la pena.

¿Cómo se prepara para ese tipo de retos?

Físicamente entrenamos por más de un año en específico para la carrera. Mentalmente, al principio no contaba con este apoyo pero era necesario el psicológico. Había un psicólogo deportivo y teníamos sesiones todas las semanas para la visualización, la concentración y el enfoque.

¿Cuál es el siguiente proyecto en la mira?

En el 2010 hice un intento de cruzar a nado el canal de la mancha de Inglaterra a Francia. Nadé por 60 kilómetros, 14 horas parar, pero me sacaron por hipotermia. La temperatura estaba entre 10 y 12 grados y estaba tan solo a dos kilómetros de tocar tierra. Eso fue en julio de 2010. Para que te contabilicen el récord debes tocar tierra en Inglaterra y al final en Francia, pero no alcanzamos a tocar. Mi objetivo deportivo es volver. Me estoy preparando. Empecé hace seis meses a entrenar y estoy tomando un año para eso. Posiblemente en el 2024 esté realizando el nado.

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