El distrito de Atalaya, situado en la provincia de Veraguas, se abarrotó de feligreses ayer Viernes Santo, que acudieron a darle gracias a la imagen de Jesús Nazareno por los favores recibidos. En las inmediaciones de la basílica menor, se escuchaban historias milagrosas y otros eran acompañados por familiares que padecían enfermedades y tenían la esperanza de ser sanados.

A eso de las 10:00 de la mañana, nos encontramos a José Concepción que viajó con su familia desde San Francisco de la Montaña, una comunidad ubicada a más de una hora de Atalaya, porque paga manda todos los años.

“Uno de mis hijos está en silla de ruedas y le pido al santo que me haga el milagro y pueda caminar”, comentó Concepción con mucha fe, bajo el inclemente sol, y vistiendo una túnica morada identificándose como devoto de Jesús Nazareno.

Angélica Solís, con sus dos hijos, también vestía de morado, pedía por la salud de la familia, también esperaba su turno para apreciar la imagen del Nazareno, que era su ilusión.

La Basílica Menor de Atalaya permanecerá abierta hasta el domingo, ya que se mantiene como un centro de meditación y encuentro con Dios. Se estima que la visitaron ayer Viernes Santo, más de 3 mil personas.

Leonor González, voluntario de la basílica, comentó que cada vez más feligreses se trasladan a Atalaya y muchas veces llegan caminado. “Se apreciaron largas filas para las confesiones, además muchos aprovechan esta fiesta religiosa para vender souvenirs”.