Sueños de un niño cautivado por los ecosistemas marinos se hacen realidad en Panamá
- jueves 15 de agosto de 2024 - 12:00 AM
Tenía solo tres años cuando sus padres lo llevaron al Museo de Historia Natural, en su natal Alemania, donde habían unos acuarios que lo dejaron fascinado... ¡fue amor a primera vista! Desde ese momento Till Deuss quedó enamorado de la naturaleza y sobre todo de los ecosistemas acuáticos.
Al ver su interés, sus papás tuvieron la acertada idea de incentivar esa fascinación y llevaron a casa una pecera de agua dulce. Y allí surgió el niño científico, o como él lo explica: “allí me contagió el virus”.
Un virus en forma de amor a la naturaleza, de gusto por estar cerca de los peses, de los arrecifes. Y poco a poco pasó de niño curioso a adolescente observador y a joven emprendedor. De hecho, antes de ingresar a estudios formales, ya se había iniciado por cuenta propia en la “maricultura” (cultivo de animales marinos).
Cuando llegó el momento de escoger una profesión, Till Deuss lo tenía muy claro: “quiero ser un biólogo marino”, dijo a sus padres, que no se sorprendieron con su elección.
Pero la vida sí le tendría sorpresas a Till, comenzando con moverlo desde Europa hacia Panamá, el país istmeño que lo cautivó y donde encontró aguas fértiles para echar a fluir sus sueños de niño, sus ideas de adolescente y sus conocimientos científicos como biólogo.
¿Cómo llegó a Bocas del Toro?
Till Deuss llegó a Panamá en el año 2010, becado por el Instituto Smithsonian, para trabajar junto a los científicos Harilaos Lessios y Alexandra Hiller, primero en el Centro de Investigaciones de isla Naos, en ciudad de Panamá, pero en 2011 pasó a trabajar cinco meses investigando la cría de erizo de mar para un proyecto científico en la provincia de Bocas del Toro.
Allí hizo varios experimentos y decidió solicitar permisos para realizar legalmente el cultivos de especies marinas en el mar, y qué mejor lugar que en las aguas paradisíacas de Bocas. “Acá tenemos un paraíso para la investigación, por toda su riqueza natural”, señala.
Idea en marcha
Pero por ser novedosas sus ideas, fue complicado al inicio conseguir los permisos, justamente por los vacíos legales que hay en estos temas en nuestro país. Sin embargo, trabajó junto a la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP) y logró una oportunidad para emprender el conocimiento científico.
Así surgió Bocas Mariculture, S.A., que aunque realiza actividades que algunas empresas hacen a nivel internacional, se enfoca en especies y técnicas únicas en el mundo, revolucionando desde Panamá los acuarios marinos con innovación, sostenibilidad, y ahora también con participación de comunidades nativas.
“Nos dedicamos al cultivo de especies nativas de Panamá y el Caribe, para exportarlas al mercado regional de acuarios, que depende en gran manera de la extracción de estos animales. Nosotros damos la opción de sustituir esa extracción por especies cultivadas sin uso de químicos, de manera ética y sostenible”, detalla.
Los ojos de Till Deuss brillan cuando explica la siguiente etapa en la que ya se ha adentrado. “Una de las razones principales por la que empecé este proyecto, es que quería involucrar a la comunidad local, a gente que vive acá en el archipiélago. Ayudarlos a generar ingresos, con esta alternativa para su economía”. Y en eso se encuentra actualmente este biólogo emprendedor, haciendo visitas, entrenando a personas y contagiándolas con su virus de amor por la naturaleza.
Sostenibilidad con rentabilidad
El investigador está convencido de que su proyecto de “cultivos familiares en el mar” puede ser no solo respetuoso de la naturaleza y sostenible, sino también rentable. Lo que él llama “modelo ganar-ganar”, que desarrolla junto a comunidades, con apoyo de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), que el año pasado le otorgó el primer lugar del Premio Nacional de Innovación Empresarial.
Pero no todo queda allí. Till Deuss está resuelto a seguir contagiando su virus y su empresa de “puertas abiertas”, organizando tours para visitantes, con la idea de incentivar sobre todo a niños y jóvenes de Bocas del Toro y otras partes del país. “Involucrar a las personas es un proyecto que llevo muy cerca de mi corazón”, concluye el científico que logró hacer realidad sus sueños en las aguas del Caribe bocatoreño.