La revista cultural y la invasión norteamericana

II Parte
  • lunes 19 de diciembre de 2022 - 12:00 AM

La Revista Cultural Lotería en la edición N°399 de 1994 nos regala la literatura de la invasión que reconstruye un cosmos literario vislumbrando la tragedia de la invasión. La segunda parte trata de la voz y novelistas panameños, en donde se incluyen destacados poetas y escritores nacionales tales como Aristides Ortega Martínez Ortega con su poema Parte de Guerra;

Que la ceniza

Escondió la sangre

Que derramaron las bombas

Que fueron muchos

Los liberados de la vida

Y son los prisioneros de la muerte por las bombas

Que quede

Claro:

La historia

No los absolverá.

Como se observa Martínez intensifica su emoción poética mediante la repetición que refleja su impotencia por la invasión de los norteamericanos. También Dimas Lidio Pitty con su poema Nuevamente la muerte nos regala estos versos:

Nuevamente la muerte está en mi casa

Con fusiles y tanques nuevamente

Con aviones y rockets nuevamente

Sus pies de hierro

Abren cráteres en las calles

Y la noche tiembla y se incendia

Los niños mueren gritando

Los ancianos en silencio

Las mujeres en el punto

Donde la ternura se detiene

Pitty evoca la llegada de la muerte a la patria llevando a las mujeres, niños y ancianos inocentes. Es un poema de hondo pesar nacionalista. También Héctor Collado, en su poema Exhumaciones; fiel testigo de lo que fue el chorrillo, manifiesta con hondo pesar la invasión norteamericana como se aprecia en este fragmento:

Este olor desgarrado

Que me asfixia la queja

Y penetra mis dudas...

Este olor desagradable

Y magnifico de mil muertos:

Vapor genocida del dios

De diciembre asesinado.

La reiteración del sema olor nos lleva a dimensionar el tema de la muerte y de los que fueron sepultados en pozos comunes. El título alude a ello. Por otro lado, Pedro Rivera con su poema Ojo de tigre, emplea más el lenguaje prosaico que connota una imagen de lo que había dejado la invasión norteamericana.

Esta mujer comparte conmigo hasta el hijo que no tuvimos nunca,

La soledad, la muerte, la guerra de las guerras,

El sonido lejano de aviones y helicópteros

Bombardeando las casas de madera,

Los paisajes de mi infancia en la bahía,

Los sueños amputados con ferocidad imperial

Los recuerdos de arena arrastrados por olas de violencia,

La copa de odio derramada en la patria que amo.

Y finalmente, José Franco con su poema Romance de La Cruz Anónima exalta el sacrificio de las muchachas que dieron su vida por la patria.

El veintiuno de diciembre

Pasada ya la sangría,

En tinacos de basura

Y en bolsas de negra tinta,

Recogieron mil pedazos

De las muchachas bravías,

Que de verdad se enfrentaron

A la maquinaria gringa.

También la Revista Cultural Lotería incluye el artículo de Enrique Chuez La novela de la invasión, quien plantea que:

‘Los novelistas, por su capacidad de aprehender la realidad, el Ser, dirían los filósofos, en toda su intensidad lógica y emotiva y recrearla con su propia dinámica y desarrollo interior, están entre los que comprenden los hechos históricos. En el caso panameño, desde un primer momento, el fenómeno histórico de la invasión provocó un desbarajuste en la visión del mundo de nuestros escritores, novelistas, cuentistas, ensayistas, poetas y cientistas sociales, La violencia, a esa escala dimensional en cuanto a la destrucción y número de víctimas, era totalmente ajena al acontecer histórico de nuestra nación. En nuestros escritores, como en otros sectores lúcidos, se da una primera fase de desconcierto, de estupor, de derrumbe de valores, pues no se concibe que un determinado orden del mundo que se ha hecho hábito, sea afectado con tal violencia. (pág.345)

Y precisamente lo que señala Chuez es lo que se aprecia en los fragmentos de las novelas de la invasión de tres destacados escritores nacionales tales como Enrique Chuez con su novela Operación Causa Justa; José Franco, Las luciérnagas de la muerte; Maro Augusto Rodríguez con su obra narrativa Negra Pesadilla Negra y la narrativa de José de Jesús Martínez, La invasión en Panamá. La primera novela que recrea la violencia de la invasión como una crónica periodística, de hecho histórico, de documento, ya que recrea la invasión en el barrio del Chorrillo con la participación de un protagonista colectivo, el barrio, que sufre el rigor del ataque desmesurado con su secuela de víctimas inocentes. En Negra Pesadilla Roja de Mario Augusto Rodríguez también describe los acontecimientos ocurridos en el barrio del Chorrillo y los personajes son de estratos humildes, de baja condición social y económica. Manifiestan sus amores, sufrimientos, esperanzas y la invasión viene a ser en cierta forma un remate brutal a sus míseras vidas. También José Franco, en su novela Las Luciérnagas de la muerte retrata el barrio del Chorrillo donde la agresión causó estragos de muerte y destrucción. El imperio necesito 23,000 soldados para atrapar a un hombre, si el atiguo amigo fiel de la Central de Inteligencia de los Estados Unidos.

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