‘Hay quienes están condenados antes de llegar a la cárcel' José Jackson

- lunes 02 de noviembre de 2020 - 12:14 AM
Los adolescentes que dejan la escuela y viven en familias desintegradas son más propensos a caer presos que aquellos que culminan sus estudios. José Jackson, uno de los jóvenes más influyentes del mundo, conoce muy bien la realidad de estos muchachos. Desinteresadamente les da clases de matemáticas y les ayuda a cambiar de rumbo. Antes de la pandemia daba clases en el Centro de Menores de Tocumen, y sus relatos brindan un panorama muy claro de lo que debemos hacer como sociedad para reintegrarlos a la vida útil.
¿Qué representan los jóvenes del Centro de Menores de Tocumen para ti?
Esperanza, al conocer sus historias uno ve que los tiran de maleantes y los estigmatizan, como que merecen lo peor por lo que hayan hecho, pero cuando uno conoce su vida te das cuenta que desde bebés ya estaban condenados, en la infancia estaban fumando, desertan de la escuela a los 9 años, no tienen una familia, no tienen qué comer y roban para comer. Cuando tu entiendes estas historias te miras frente a un aprendizaje tan grande que todos los pasos en la vida de un muchacho, desde que nace hasta que es adulto, valen la pena. Cada ladrillo que uno pone en su vida, puede mejorar la vida de ellos. Eso es lo que he aprendido.
¿Alguno de ellos logró culminar un curso de tutoría bajo tu liderazgo?
Claro, uf, eso fue de lo más reconfortante. Había un muchacho que estaba en Bachiller Naval y estudiaba por módulos y que le faltaba álgebra y nadie en el Centro de Menores sabía álgebra. Yo le dije, sabes qué, te voy a enseñar álgebra. Eran ecuaciones cuadráticas, y le dije que hiciera una multiplicación sencilla. El pelao apenas sabía multiplicar. Entonces, cómo lo llevó de una multiplicación a algo más complejo como el álgebra. Tuvimos 10 sesiones como de cinco horas cada una. Estudiábamos sábados y domingos, pero yo quería que él pasara. Al final pudo completar su onceavo grado y ahora está en duodécimo próximo a graduarse.
¿Qué le diría usted al empresario que no se atreve a dar empleo a un exconvicto?
La oportunidad que le puede dar a un joven puede cambiar su vida para siempre. No solo el muchacho, los hijos, la familia a su alrededor se va a ver beneficiada, impactada positivamente por la confianza que van a depositar en el joven. De no hacerlo, tal vez él mismo atente contra otras cosas en la vida de terceros, uno nunca sabe si ese pelao que no ayudaste el día de mañana te puede robar, o puede caer muerto. Dar un voto de confianza a estos muchachos no debe ser un acto de duda, sino una respuesta tajante. Sino está la oportunidad van a volver a lo mismo.
¿Quiénes son estos jóvenes?, cuéntanos sus historias anónimas...
Son muchachos que impactan. Hay un taller que yo imparto en el Centro de Menores que le pusimos taller McDonald, no me pagaron ni nada para eso, solo le pusimos así, en el cual los muchachos escriben su historia en un papel y nos la dan para leerla. Cuentan desde que nacieron hasta que cayeron presos, y en ese resumen uno entiende lo que pasa en su vida. Todos los ingredientes son idénticos: se fueron de la escuela, tienen familias desintegradas, la calle era peligrosa, había drogas cerca, muchos muchachos alrededor también hacían lo mismo. Es una constante, de que siempre está presente lo mismo en todos los jóvenes, a veces mezclados de diferentes formas pero con el mismo resultado. Si tienes a un joven con falta de educación, falta de acceso de oportunidades, cómo pretendes que esa persona salga adelante. No lo va hacer, de antemano está condenado. Eso no solo pasa aquí, sino en Centroamérica. Entender es saber. Una historia que me impactó mucho fue la de uno de ellos que tenía cuatro o cinco hermanos, no tenía papá y la mamá estaba enferma. Tenía bajo su responsabilidad a sus hermanos, así que robó para alimentar a la familia. Cae preso, cuando esto ocurre le dicen que la mamá tiene cáncer y muere la mamá dejando a los hijos en orfandad. El muchacho tenía menos de 18 años. ¿Qué pasó después de eso? Nadie sabe. Nadie le dio seguimiento a ese muchacho cuando salió de la cárcel. Las cárceles no pueden seguir siendo un hueco donde uno pone maleantes. Es el punto de inflexión para que estos jóvenes puedan salir de la cárcel, y cuando salen no pueden hacer lo que quieran. Hablas de alguien que tenía todo en contra. Lo metieron preso y luego sale, pero nadie sabe nada de él porque no le dan seguimiento.
¿Este joven estuvo en sus talleres?
Sí, pero tenía un muy bajo rendimiento académico. Sumar, restar y multiplicar se le complicaba un mundo y tuvo que empezar de cero.
¿Cuáles son sus sueños?
De todo un poco, hay quienes quieren ser constructores de maquinaria de equipo pesado, astronautas, boxeadores, otros quieren ser licenciados. Todos tienen sueños, pero el camino que escogieron les arrancó los sueños. Nunca les enseñaron a luchar por ellos. Tuve uno que quería ser boxeador, cuando empezó a hacerlo encontró un camino fuera de la maleantería, pero cuando empezó a hacerlo necesitaba dinero para los guantes y las botas y robó para conseguirlas. Se quedó en ese mundo. Estaba tan cerca de lograrlo, pero por la falta de orientación.
¿Por qué optan por robar?
Porque no tienen guía. Ninguna persona cerca de él lo orienta, lo tachan desde que están chiquitos, hay pelaos que desde los 9 años roban, a los diez tienen un arma en el bolsillo y cuando se dan cuenta de que ese camino puede no ser para él ya es muy tarde. En el trecho todos se desentendieron, la mamá, el papá y toda una sociedad que le dio la espalda. Cuando hace lo que hace todo mundo lo quiere ver condenado, pero cuando necesitaba la ayuda nadie se la dio. Eso para mi no es justificar, ellos cometieron su falta y tienen que pagarla.
¿De qué forma se puede multiplicar su ejemplo?
Con gusto cualquier persona que quiera escribir yo estoy en mis redes, @qxopajackson y estoy disponible. Pero no es cosa de usar mi ejemplo como una bandera, hay muchas personas que funcionan aún cuando no estoy, pero es la voluntad de aportar algo. Un plan estratégico es lo que falta, no hacen falta programas a lo loco para que estos muchachos vuelvan a la sociedad.