La profesora Adonica y la nueva realidad virtual
- viernes 21 de agosto de 2020 - 12:00 AM
Cuatro preguntas le llegaron a Adonica y a sus colegas, vía e-mail, que los llevó a un consenso: Un nuevo perfil del educador emergía ante la pandemia de la covid-19 y ponía un velo a aquellos años de vivencia presencial de uniformes, libretas, pesadas obras de vivencia presencial de uniformes, libretas, vivencia presencial, obras de texto y la algarabía del entorno escolar.
‘Estimado docente: Se le agradece responda, vía correo electrónico, la siguiente encuesta. Coloque sí al lado de la respuesta correcta y no si es negativa. 1) ¿Conoce la plataforma Zoom...? 2) ¿Tiene experiencia en Microsoft Teams?3)...
Sus 40 años de experiencia en la cátedra de Matemáticas le daban paso a los retos personales y académicos en una enseñanza de Pitágoras: ‘Pero tú ten ánimo. De naturaleza divina son los mortales'. Sumó a la lista, hecha con papel y lápiz, una impresora que contara con ink tank que le permitiera sacar mas copias para los tutoriales sobre zoom, Google Classroom y Microsoft Teams.
También aumentó la lista audífonos que le permitieran oír y transmitir sus clases. Y así, sumado esto y lo otro, se gastó mil 300 dólares de sus limitados ahorros, eso sin contar costo del internet.
Se sumergió en las ventajas y desventajas entre la educación virtual y presencial. Y subrayó con respecto a esta nueva experiencia: ‘La disciplina y constancia que se requieren en la formación a distancia es mayor'.
Así, mientras veía tutoriales sobre zoom y Okis, se entremezcablan los estribillos de ‘!Cuatro libras de yuca por un dólar!' ..Y ‘!Vecino...llegó el maíz nuevo!'.
Las clases empezaron sin un protocolo o manual de conducta previo, así que entendió los elementos claves de su parte: intimidad, coherencia y amor responsable.
Se proponía una aula sino pacífica para chicos de 13 a 14 años , lejos de ser un tinglado.
El primer día de clases llegó. Dio los buenos días. Como salvapantallas de Zoom tenía una imagen de la cordillera central y en la parte derecha se podía ver un azulado y hermoso cielo.
Ella, en camisa con mangas hasta el antebrazo, se desplegó su cabellera y mostró una atención proactiva a la joven audiencia. En la sala de espera (leave waiting) su audiencia estuvo inquieta con ansias de participar de esta nueva experiencia de enseñanza-aprendizaje.
Le invitó a cantar el Himno Nacional y luego a una oración. Tras esto, les mostró en la pantalla un pensamiento de José Martí, sobre el que leerían y darían su opinión: ‘Hacer es la mejor manera de decir'. (Cuentos de la pandemia en Panamá)