- lunes 13 de noviembre de 2023 - 12:00 AM
Desde que ingresé a cursar estudios de periodismo en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Panamá, a fines de la década del 90', junto a mis compañeros de aula, menciono algunos como Jesús Morales, Joel González, Humberto Castillo, Elia Lineth Sauri, Británico Quezada y Fátima Marrone, cultivábamos la necesidad de que la profesión estuviese reglamentada.
Ya para ese entonces, la Ley 67 de 1978 que regulaba la profesión en Panamá y que muchos llamaban (aún lo hacen otros) ‘Ley mordaza', estaba sin aplicación, permitiendo lo que hoy se sigue dando, un creciente número de personas que se activan en la práctica sin al menos, conocer la ética que de be tener un profesional de la comunicación social.
En épocas pasadas sí, el periodismo era empírico y muchos de los maestros que abrieron el camino a las nuevas generaciones, lo eran, pero desde el 27 de julio de 1961 bajo la dirección de Gil Blas Tejeira se abre el camino para la profesionalización de la carrera que nos dio como primer egresado a Milciades Abel Ortiz Vaccaro (MAO), como se le conoce, forjador de periodistas, perseguido por la dictadura, unos de los docentes (sino el más) prestigioso de la carrera, y a quién tuvo como asesor de Trabajo de Grado, al igual que muchos colegas.
Muchos hemos estudiado la carrera con sacrificios, trabajar y estudiar, no es fácil, son cuatro años (día) y cinco (nocturno) esta fase que debemos cubrir con materias, para luego presentar nuestro trabajo de grado, un esfuerzo que también deben hacer quienes optan por otra profesión, ya sea abogado, médicos, trabajadores sociales, sociólogos, etc; pero con la diferencia, si ellos lo desean pueden desempeñarse como periodistas; pero nosotros no podemos desenvolvernos en sus carreras porque tienen leyes que no lo permiten.
Conozco de leyes, sé que una persona debe tomar para un dolor de cabeza, hipertensión, diabetes e incluso, para un fuerte dolor para la espalda (al padecer de ello), pero sería un irresponsable, fuera de que ellos no me dejarían inmiscuirse en su profesión; entonces por qué, ellos lo hacen. Incluso, muchas de esas profesiones no están permitidas para los extranjeros, en algunos casos, previo a examen de suficiencia y visto bueno de una junta técnica, pero en el periodismo no, venga cualquiera de donde sea y se nombra en cargos directivos.
Quizás nosotros mismos tengamos algo de culpa, por no tener esa unidad de que tienen profesionales de otras carreras.
Pienso que ‘el único que no se equivoca es el que no hace nada', cuando tenemos una misión, en nuestro caso escribir e informar, estamos expuestos a errar, que es de humanos.
Recordaba una fase de un docente ante los estudiantes de segundo año de periodismo, ‘yo no voy a preparar un alumno para que me superé a mí', eso me marcó, pero no para poner en práctica esto, sino al contrario dar aliento y apoyo para que aquel colega que de una u otra forma, necesita ser instruido en el arte de escribir noticias - que no lo mismo que escribir cuentos, poemas, artículos de opinión o cartas, etc – cuente con este servidor.