Penonomé, entre la montaña y el llano: 122 años después

Aquel 6 de noviembre de 1903.
  • jueves 06 de noviembre de 2025 - 12:00 AM

En la ciudad de Panamá todavía se debatían los pormenores de una decisión trascendental que debía cambiar el rumbo del Istmo, cuando en Penonomé, un grupo de ciudadanos se reunió para comentar las noticias provenientes de la ciudad.

Al inicio del siglo XX, la comunicación era compleja; los detalles de lo que ocurría en la ciudad y en otros lugares llegaban, seguramente con el retraso obvio de la distancia y la complejidad de la comunicación. Penonomé era un pueblo pequeño, sus habitantes se distinguían por la sobriedad y por el compromiso con la educación, las letras y el derecho. Gente educada y preocupada por los efectos de la Guerra de los Mil Días que había azotado no solo la economía, sino las fibras más sensibles de la vida de los penonomeños del pueblo y sus alrededores.

Aquel 6 de noviembre, un centenar de ciudadanos, consignados con las firmas que acompañan la Proclama, se reunieron en la plaza del pueblo, y decidieron que era hora de formar parte de la historia que se estaba escribiendo en ese momento en el Istmo. Por ser un pueblo pequeño, con pocas calles, todas comunicadas hacia la plaza central, no pudo haber sido difícil la convocatoria, sobre todo cuando ya se estaban sintiendo los aires de la gesta separatista.

Las campanas debieron sonar y el bullicio de la gente debió llenar los aires de un diciembre que se asomaba en lejana distancia. Los Arosemena, Aguilera, Guardia, Jaén, Grimaldo, Fernández, Figueroa, Vega, Almillátegui, Camargo, Escobar, Rodríguez, Alzamora, Trujillo, Santana; Pérez, Quirós, Benítez, Oberto, Vásquez, Pinzón, Magallón, Morán y tantos otros apellidos que aún hoy siguen siendo parte de nuestras convivencias, armaron un corto documento que fue enviado al recién inaugurado gobierno de Panamá. La fecha: 6 de noviembre de 1903.

Esa Junta solemne convocada por esa heterogénea mezcla de individuos, con intereses particulares, pero con arraigo a una idea de nación, de un Penonomé que se alzaba entre la montaña que traía las brisas frescas y un llano limpio que dejaba asomar a lo lejos un mar tranquilo. Ese grupo de personas se sintió con la responsabilidad moral de pronunciarse ante el hecho histórico que había ocurrido el 3 de noviembre de ese año.

Solo habían transcurrido tres días del “movimiento de la independencia del istmo” cuando en ese acto público la Junta expresó que la responsabilidad asumida en la capital debía ser compartida y declaró su solidaridad con todos los pueblos que conformaban el istmo. De esa forma, con palabras sencillas redactaron la Proclama en la que se adhieren a la “memorable proclamación, que será el hecho más culminante que registrará la historia del Siglo XX”.

Sin mencionar las causas, pero convencidos de que había suficientes motivos para la separación, los penonomeños reconocen que ya el Istmo tenía los suficientes elementos morales y materiales para asumir la responsabilidad de un gobierno independiente. De esa forma, natural como se gestan los movimientos más auténticos, Penonomé se adhiere a la Gesta Separatista del 3 de noviembre de 1903, hace 122 años.

De esa forma, natural como se gestan los movimientos más auténticos, Penonomé se adhiere a la Gesta Separatista del 3 de noviembre de 1903, un día como hoy, hace 122 años”.
Mariafeli Domínguez
Catedrática de la Universidad de Panamá - Escritora