‘El panameño es muy cándido, le falta malicia'
- lunes 01 de agosto de 2016 - 12:00 AM
ENTREVISTA
Severino Mejía será un militar hasta su muerte. Lo dice sin reparo, a pesar de que a muchos la dictadura les provoque náuseas. Después de haber sido viceministro de Seguridad, hoy aplica sus conocimientos como coordinador del Observatorio de Amenazas Asimétricas de la Universidad de Panamá. Desde ahí estudia de cerca las amenazas del terrorismo y cómo prevenir el crimen organizado.
¿Se vive mejor como viceministro o como profesor de la Universidad de Panamá?
Son dos experiencias diferentes. En la Universidad de Panamá (UP) logro un aprendizaje de aquellas tareas que no pude completar. Por lo tanto, estando en la UP el aprendizaje es permanente. Me siento cómodo en este lugar.
¿Volvería a la vida del ministerio?
Con mayor aprendizaje, si se puede, sí.
¿Le gustaría ser ministro de Seguridad?
No es cuestión de si me gustaría, lo que me interesa es aportar los conocimientos que he alcanzado para minimizar el impacto de la inseguridad en el país.
¿Eso se puede hacer desde qué escenario?
Yo lo voy a hacer como lo estoy haciendo ahora: sin esperar nada a cambio.
¿La política tiene influencia directa sobre la seguridad o se maneja en forma técnica?
Es una buena pregunta porque los programas que puedan implementar los gobiernos sobre seguridad no dejan de tener un sesgo político. Eso hay que divorciarlo porque la seguridad se debe ver desde una perspectiva independiente. Es tiempo de romper estos paradigmas para instalar una política de Estado que no pertenezca a ningún partido político.
¿Eso es factible en Panamá?
Pues mas nos vale que cambiemos de programas a políticas públicas si queremos ver una política de seguridad apropiada que asegure o genere en la ciudadanía confianza aún cuando en su entorno gravite la inseguridad tiene fe en el sistema de justicia.
Después de ostentar un cargo como el suyo, ¿se vuelve uno con mala maña?
Más que decir malas mañas es un poco de malicia, sentido común en el hecho de hacerme entender que las cosas en Panamá ya no son como hace 25 años. Tomando las providencias que se deben tomar los ciudadanos del país, la situación de sorpresa sobre la que se apoya un delincuente no va a actuar a su favor.
¿Se siente más seguro con un arma o sin ella?
Yo no tengo arma de fuego. Ese entendimiento de que el arma de fuego te va a proteger no es tan cierto. Puedes estar armado y hasta te pueden matar. No tener armas de fuego tampoco significa que estoy inseguro. La inseguridad gravita en ti de cualquiera forma. Lo único que tienes que hacer es ser más precavido y tener tus cinco sentidos en lo que estás haciendo. Hacer buenos juicios, dónde te vas a meter, si te metes a un cajero, etc., hay que hacer mucha docencia porque ahora es que estamos experimentando hechos violentos que antes no se veían.
¿El panameño es precavido?
Yo creo que no. Es muy cándido.
¿Qué le falta?
Un poco de malicia y sentido común. Los estafadores los sorprenden a cada rato con supuestos premios que se ganaron.
¿Por qué somos así?
Creo que por que no hemos tenido hechos de violencia graves que hasta cierta forma nos han hecho muy confiados. Ahora no es igual, pero hay que estar más preparado. Si sabes que hay ladrones, ¿por qué dejas una computadora en el carro?, por ejemplo.
¿La inseguridad es una percepción o es una realidad?
La inseguridad es un hecho real. La percepción de inseguridad muchas veces está influenciada por el tema de los medios porque, aunque yo no he sido víctima, veo cómo los medios agudiza la percepción. Pero hoy en día la realidad y la percepción es una misma.
¿Cómo califica la labor del Gobierno en términos de seguridad?
Podemos decir que aunque hay una sensación de violencia, como en efecto la hay, no estamos en niveles graves comparados con los países de Centroamérica. No tenemos que esperar, tenemos que hacer un esfuerzo continuo para no llegar a esos estadios que después son difíciles de revertir.