Panamá y Ecuador unen esfuerzos contra al crimen

las relaciones entre los dos países están en su más alto nivel, en todo sentido.
  • sábado 25 de octubre de 2025 - 12:00 AM

Los cancilleres de Panamá, Javier Martínez-Acha, y de Ecuador, Gabriela Sommerfeld, coincidieron ayer en Quito en la “necesidad urgente” de combatir juntos al crimen organizado trasnacional y de trabajar para que esa lucha se convierta en un eje transversal de la agenda multilateral.

“Somos hermanos en la historia y estamos unidos por muchos propósitos. En la democracia, por ejemplo, y en la lucha contra el crimen organizado internacional, en mi opinión, la amenaza más grande que sufren nuestras democracias. Y juntos tenemos que coordinarnos en la región para derrotar esa lacra”, aseguró Martínez-Acha en una conferencia de prensa que ofreció junto a Sommerfeld.

Para los ministros, la delincuencia organizada transnacional vulnera la gobernabilidad, fomenta la corrupción, perpetúa la violencia, obstaculiza el progreso social y atenta contra la paz y seguridad nacional e internacional.

En ese sentido, expresaron su interés de trabajar para que la lucha contra el crimen transnacional se convierta en un eje transversal de la agenda multilateral y de la Alianza para el Desarrollo en Democracia (ADD), el mecanismo de integración regional que forman ambos países junto a Costa Rica y República Dominicana, según explicó la Cancillería ecuatoriana en un comunicado.

“Ambas cancillerías reafirmaron su compromiso de seguir trabajando de manera coordinada para fortalecer la cooperación regional e internacional frente a estas amenazas comunes”, añadió la nota.

Martínez-Acha llegó a la capital ecuatoriana para estar presente en la segunda Reunión de Consultas Políticas, y además suscribió junto a la ministra de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana del país andino dos acuerdos de cooperación relacionados con la atención e intercambio de información para impulsar una migración segura, ordenada y regular y otro con el fortalecimiento de las academias diplomáticas.

Para los ministros, la delincuencia organizada transnacional vulnera la gobernabilidad, fomenta la corrupción, perpetúa la violencia, obstaculiza el progreso social y atenta contra la paz