El nuevo director de la CSS solo estará 10 meses en el cargo

GESTIÓN PÚBLICA

La mañana del 1 de octubre de 2014, en la entrada de la sede principal de la Caja de Seguro Social (CSS), en Clayton, había un puñado de funcionarios a la espera para dar la bienvenida a Estivenson Girón.

El profesor universitario había resultado seleccionado para dirigir la Caja entre una veintena de aspirantes. De la terna que mandó la Junta Directiva de la CSS, al presidente Juan Carlos Varela, fue quien obtuvo el mejor puntaje.

La sostenibilidad financiera y servicio eficiente, la ruta del nuevo director general de la entidad, cuyo presupuesto en marcha era de 4,435 millones de dólares.

Girón, desde el comienzo de su administración, enfrentó a los gremios médicos y a los grupos de pacientes que reclamaban medicamentos e insumos. La batalla más enconada que libró fue con el contralor general Federico Humbert, por los refrendos de los contratos.

El docente también realizó varias denuncias en contra de los proyectos por terminar de la gestión de Guillermo Sáez Llorens. Uno de esos señalamientos eran los sobrecostos millonarios de la Ciudad de Hospitalaria.

La gota que derramó el vaso fue el millonario contrato para la celebración de un congreso internacional. La empresa contratista era de parientes del entonces ministro de Economía y Finanzas, Dulcidio De La Guardia. Girón canceló el contrato e hizo uno nuevo por la mitad de la suma, $1.5 millón, con la misma contratista.

A pocos días de la Navidad, el 22 de diciembre de 2016, Girón anunció su renuncia. Lo reemplaza el subdirector Rubén Darío López, con varias décadas de experiencia en la institución.

No hubo recibimientos. En las primeras declaraciones públicas, López reconoció que los problemas de la Caja no se resolvían con una persona sino con un equipo, que había mucho por hacer y estaba dispuesto a hacer el trabajo.

La norma dispone de 90 días, esto, mientras la Junta Directiva concluya el proceso de selección del nuevo director.

La junta inició esta etapa el 17 de enero. Una comisión evaluaba los documentos y realizar las entrevistas. De los 16 aspirantes, Alfredo Martiz, fue seleccionado por el Ejecutivo. El proceso no terminó en marzo, la fecha prevista, sino a finales de abril.

Con todas las de la ley, en el Palacio de las Garzas, Martiz tomó posesión el 2 de mayo de 2017. No hacía mucho había aterrizado de Taiwán, donde era embajador.

El plan de Martiz consistía en tres pilares básicos: proveer servicios de salud oportunos, la sostenibilidad financiera de los programas que administra la entidad y trabajar para mejorar toda la gestión institucional.

Martiz arrancó con retos, como reducir a cero la mora quirúrgica en un semestre por orden del presidente Juan Carlos Varela, quien al calor de los cuestionamientos por costear cirugías estéticas a altos funcionarios con la partida discrecional, lanzó este reto al nuevo director de la CSS.

Varela anunció que estas operaciones se harían en el Seguro y en el sector privado y los pacientes esperarían su turno para operarse hospedados en hoteles.

Según las cifras oficiales, el plan funcionó: en enero de este año faltaban menos de tres mil operaciones, de las 15 mil en mora, por practicar. De la cantidad de pacientes hospedados en hoteles no había registros. Hasta esa fecha, la inversión era de $15 millones.

En abril del corriente, Martiz anunció un desfalco de $300 millones en las cuotas obrero patronal. Luego de varias semanas, la CSS interpuso la demanda y 14 empresas están bajo investigación por alteración de las planillas

‘He pensado varias veces en renunciar', era una de las expresiones reiterativas de Martiz. A la crisis por la falta de medicamentos se sumó el incremento de neonatos, de menos de diez se elevó a 21 en julio. La CSS intentó ocultar la situación, empero, por filtración de cartas se conoció que estaban al tanto.

A mediados de agosto, Martiz anunció su salida. Su último día laboral es hoy. En sus redes sociales promociona sus servicios de médico especialista en un hospital privado.