El miedo de vivir en invasiones de tierra

Con temor de ser expulsados de su hogar, una familia nos cuenta su odisea al vivir en una invasión de tierra en el distrito de Arraiján, en la provincia de Panamá Oeste.

Para poder llegar a la casa deben caminar por lo menos una hora, muy poco los buses toman ese camino por el difícil acceso, y al momento de cocinar debe ser a plena luz del día porque no cuenta con electricidad ni luminarias.

‘Algunas familias tienen el privilegio de adquirir servicios como cables y luz, otros como mi familia no', señaló la cabeza de la familia Domínguez.

‘A las seis de la tarde debemos encerrarnos porque no queremos exponernos a que nos hagan algo los que merodean por el lugar, cuando llueve nos mojamos todos, pero debemos aguantar porque la ayuda es poca', explicó.

La familia Domínguez no es la única, como ellas existen muchas más que viven en esta situación y no cuentan con recursos para adquirir una vivienda y pagarla poco a poco, es por eso que optan por invadir, son conscientes que está mal, pero con la llegada de la pandemia y la economía por el suelo, si antes se les hacía difícil, con todo esto aún más.

El poder trabajar se les complica, no hay plazas de trabajo, sobreviven del bono digital y de trabajos eventuales que hace el hermano mayor durante el día, desean que nos los saquen ya que no tendrían donde ir.

‘Muchos han construido con esfuerzo su casa con zinc, los materiales para construir con bloques son caros', Ser sola y tener dos hijos es aún más complicado. dijo la líder de la familia.

Viven con la angustia de que les suceda lo mismo, de otras invasiones y pierdan todo. No quieren que les pase como a las personas que vivían en los terrenos del Hospital Nicolás Solano. Piden que se les entienda.

Los más pequeños deben ir todas las mañanas donde una vecina para conectarse a internet y recibir las clases virtuales.

‘A veces viene la ayuda y nos traen bolsas de comida', explicó al pedir que se entienda la difícil situación que están viviendo.