Manolo Álvarez Cedeño y la cobertura noticiosa a la invasión

Fue de las primeras voces que avisó al mundo que el ejercito de Estados Unidos invadía Panamá
  • viernes 20 de diciembre de 2024 - 2:39 PM

Aquel 20 de diciembre de 1989, el periodista panameño Manolo Álvarez Cedeño no solo vivió en primera fila la invasión de Estados Unidos a Panamá, sino además tuvo que arreglárselas como pudo para cumplir su labor periodística e informar al mundo lo que ocurría en Panamá aquella noche y madrugada fatídica, llena de muerte y dolor. Aquí su testimonio...

¿En esa época para qué medio trabajaba usted?

Yo era corresponsal en Panamá de la Agencia Francesa de Prensa (AFP), una agencia internacional de mucho prestigio.

¿Qué tan cerca estaba esa noche del epicentro del bombardeo?

Yo vivía muy cerca, en Santa Ana, en calle Colón, frente al edificio del Municipio. Así que me tocó hacer una cobertura muy difícil. Habían pocos periodistas panameños en la calle.

¿Antes de la invasión se filtró información?

Esa noche mi amigo John Otis, periodista estadounidense de la agencia United Press International (UPI), me había llamado. Me preguntó qué estaba pasando en el país, pues en Estados Unidos había mucho movimiento de tropas gringas.

¿Cuál fue su reacción?

Yo le bajé el perfil. Le dije: “Ey no, John, esas son parte de las maniobras que hacen los gringos para meterle miedo [al general] Noriega”. Pero él me respondió: “No, Manolo, estás equivocado. Esto es serio, y van a invadir a Panamá”. Recuerdo que me dijo eso entre las 7:00 y 8:00 de la noche.

Yo no le di crédito. Pero él dijo con claridad: “Salen muchas tropas gringas de Fort Bragg, California, y esto no es un juego, esto es la invasión”.

Yo quedé con la duda. Y al rato me llamó mi colega James Aparicio, quien también trabajaba en AFP, y me reiteró que había un runrún grande de que la invasión venía.

¿Qué conversación mantuvo al respecto con su agencia?

Yo llamo a la sede regional que estaba en Costa Rica, como a las 9:00 p.m. Y toma el teléfono el director de la AFP para Centroamérica, Dominique Petite, y le hablé del fuerte rumor que había a esa hora en Panamá. Él me dijo: “Ya voy a cerrar la agencia, porque todo está tranquilo en Centroamérica. Pero voy a estar en mi casa que está al lado de la agencia. Si pasa algo, a cualquier hora, llámame”.

¿Siguió indagando?

Sí. Entonces llamé a otra amiga periodista, Nadia Miranda, que vivía muy cerca del cuartel central [en El Chorrillo]. Y le pregunté: “¿Cómo está el ambiente allá?, me están diciendo que la invasión viene ya”. Ella me dijo, en efecto, que había un movimiento muy extraño con los ‘Machos de Monte’, que era el grupo de guerrilla de las Fuerzas de Defensa de Panamá. Dijo que estaban con sus AK47 nerviosos, mirando de un lado hacia el otro.

¿Cómo vivió el momento cuando inicia la invasión?

La invasión no empezó el 20 de diciembre, sino cuando todavía era 19, como entre las 11:45 p.m. y 11:50 p.m. A esa hora, en mi casa, yo escuché el primer bombazo. De una pensé... ¡Empezó la invasión! Llamé a la periodista Nadia... y ella estaba histérica: “¡Manolo, empezó la invasión, los gringos nos están disparando de todos lados!”.

¿Qué fue lo primero que hizo en su rol de periodista?

Monitorié el Canal 8 que era el canal de TV de las fuerzas armadas de Estados Unidos en la Zona del Canal, allí estaban dando los primeros flash de que estaban invadiendo.

Llamé de inmediato a la sede de la agencia en Costa Rica. Y el diálogo fue así...

— Manolo, ¿qué pasa?

— Dominique, empezó la invasión.

— ¿Ya lo corroboraste?

— Sí, me lo confirmaron vecinos del área del cuartel central. Estoy viendo la TV y escuchando la radio.

— Manolo, ¿y ya fuiste al cuartel central?

Yo, alterado, le respondí con malas palabras... ¡Cómo tú quieres que yo vaya al cuartel central para que me maten! Él tomó mi respuesta con serenidad... “Tranquilo, Manolo, vamos a mandar un URGENTE con tus datos”.

¿Recuerda cómo fue ese primer URGENTE de prensa para el mundo?

Una línea. Yo creo que fue la primera agencia de noticia destacada en el país que le dijo al mundo que habían invadido a Panamá.

El URGENTE decía más o menos así: “Estados Unidos invade Panamá. Tropas norteamericanas bombardean el cuartel central de Noriega”... Más nada.

¿Y cómo fue el contacto con la calle?

Yo salí de mi casa, me fui a la Avenida B, venía una enorme fila de gente cargando tamugas de ropa, con perros, con televisores huyendo... ¡La realidad siempre supera la ficción!

¿Cómo fueron los primeros reportes en desarrollo?

Para hacer los reportes nosotros escribíamos las noticias en unas computadoras, que luego con dos chupones las conectábamos al teléfono. Pero aquí no había tiempo para hacer esa cuestión. Eran reportes vocales (llamadas por teléfono a San José, Costa Rica), y allá Dominique redactaba con los datos que yo le daba.

Estuve haciendo reiteradas llamadas cortas aportando datos. Pero como a la media hora nos cortaron el teléfono. Entonces fui donde mi vecina para que me prestara su teléfono y desde allí seguí haciendo más reportes hacia Costa Rica. Pero también cortaron ese teléfono. Salí a los teléfonos públicos cercanos, para seguir con los reportes en la madrugada.

¿Cómo se vivió el día después?

Al día siguiente intenté llegar al cuartel central de El Chorrillo. Lo más extraño que yo he visto: una señora lavando ropa me ve y me pregunta...

— ¿Hijo, tú para dónde vas?

— Voy para el cuartel central.

— ¡Acaso quieres que lo maten allá!

— No, yo soy periodista.

“¿Ah sí? -dijo-, mira hacia adelante”. Yo miré, y como a 30 metros había una barricada con soldados gringos, todos apuntándome con su fusil M16. Yo quisiera volver a encontrar a esa señora, para darle las gracias porque me detuvo, y tal vez salvó mi vida.

Entonces tomé por el cementerio Amador, hacia el área del cuartel central, junto a otros colegas que me encontré. En ese momento, como a las 12:00 m.d. cayó una bomba, cuyo calor expansivo nos tiró al piso a todos.

En la entrada del cuartel central vi varias personas muertas. Mi reflexión es que, a pesar de todo, tenemos que contar la historia.

Finalmente, ¿cómo se siente de haber dado la primicia noticiosa de la invasión de Panamá?

Bien, pero me pone sentimental. Porque dar la primicia de que están matando a tu gente es difícil.

Al final nos dieron reconocimientos por la cobertura de la invasión, tanto a James Aparicio como a mí. Es verdad que me llena ese reconocimiento por la labor periodística. Pero reitero: es triste tener que decirle al mundo que a tu país lo están invadiendo.

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