Las leyendas de antaño en torno a la Semana Santa

La "mitología campesina" se abrió un espacio en la tradición oral que acompaña a la Semana Mayor
  • viernes 15 de abril de 2022 - 12:00 AM

Dentro del costumbrismo de la sociedad panameña, sobre todo de los pueblos del interior del país, la Semana Santa va más allá de las tradicionales actividades religiosas, dando paso también a hábitos gastronómicos y a relatos que han permanecido con los años en el pensamiento colectivo.

Una de estas vertientes es la ‘mitología campesina' , expresada en leyendas en torno a la Semana Santa.

Las más populares son: ‘Señiles', ‘El padre sin cabeza', ‘El buey que habló', ‘El penitente de la otra vida' y otros relatos que intentaban ‘lograr el adoctrinamiento de la religión católica, enseñar el temor divino y procurar de algún modo el recogimiento en estos días', explica el historiador panameño Micíades Pinzón.

Leyendas

‘Señiles' trata de un hombre que fue a cazar animales en Semana Santa y recibió un castigo divino al no poder volver a casa, convirtiéndose en un espíritu que eternamente habita en el bosque , como un protector de los animales.

En los pueblos de antaño, ni los más valientes se aventuraban a ir al monte en la Semana Mayor por temor a encontrarse con ‘Señiles'. Algunos incluso contaban que lo escuchaban a lo lejos con sus perros y la escopeta con la que salió de su casa.

‘El padre sin cabeza' era otra popular leyenda surgida en La Villa de Los Santos, que contaba la aparición de un cura decapitado que era el ánima de un misionero que llegó con los conquistadores españoles y que fue decapitado en el Cerro de Juan Díaz. Los desventurados que lo vieron decía que antes de aparecer se oía primero una campanilla que sonaba como algo de ultratumba, y que siempre aparecía en viernes santo.

Otro relato que era popular en los pueblos para esta época era ‘El buey que habló'. Decían que por mandato divino, el rudo animal le habló a su dueño que lo obligaba a trabajar en jueves santo. Muy hábilmente, esa leyenda se repetía en las iglesias y en los hogares, y nadie en los campos rurales se atrevía a salir a trabajar ese día. Igual pasaba en las zonas urbanas.

El escritor coclesano Rafael Peña Arosemena puntualiza que estas narraciones siempre incluían el factor del miedo a un castigo, buscando el buen comportamiento de las personas en Semana Santa.

Pero el líder cristiano José Pablo Gaona lo ve en positivo, y opina que esa era la manera que en ese tiempo tenían los autoridades eclesiásticas para lograr el recogimiento espiritual.

‘Pero los tiempos han cambiado, y ahora buscamos impactar la consciencia de las personas, y no el miedo' , concluyó.

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