Lenguaje Inclusivo, herramienta totalitaria

La RAE aún no ha podido ser penetrada por esta reingeniería social
  • martes 19 de julio de 2022 - 12:00 AM

¿Que le parece, que de ahora en adelante para referirse a un grupo de personas, compuesto por hombres y mujeres, en vez de decir, todos, sea forzado a decir, ‘todes', so pena de ser descalificado como machista?

Si escribe: ‘la médico fulana de tal...', puede usted ser blanco de críticas, porque según algunos ‘expertos' ese es un lenguaje sexista. Según estas personas debe usarse la denominación ‘médica'. Yo les preguntaría, ¿para referirse a un psiquiatra varón, habría que llamarlo ‘psiquiatro'?

Sin lugar a dudas, esto es un completo disparate, pero muchos de los defensores a ultranza, de este sin sentido, sostienen sin fundamento que se trata de la evolución del idioma.

¿De dónde sale todo esto?

El idioma es un ente vivo, figurativamente hablando, porque cambia para adaptarse a las necesidades de sus hablantes.

Sorprendería en demasía escuchar el castellano o español de la época del descubrimiento de América, en comparación con el que hoy se habla, creo que poco entenderíamos.

Pero ese proceso evolutivo se desarrolla de forma espontánea, sin necesidad de imposición, esto mantiene al día nuestra herramienta de comunicación (idioma), en un mundo en constante transformación.

Pero de ninguna manera, esa evolución se debe generar de forma artificial. Esto es lo que invalida al mal llamado ‘Lenguaje Inclusivo', de ahí la necesidad de imponerlo mediante la fuerza de lobbies políticos y económicos, ya que de forma natural, esos cambios jamás se darán, sencillamente porque los hablantes no tienen necesidad de hacerlos, lo cual revela que es una forma antojadiza de impulsar una agenda política.

Esta catarsis lingüística, forma parte de un circo de subversión cultural, del cual vergonzosamente, forman parte un número plural de organismos internacionales y entes privados; estos últimos disponen de fondos, que cuatriplican el PIB de décadas de una nación como la nuestra, tratándose de un complejo y elaborado plan de adoctrinamiento, encaminado al totalitarismo, que poco a poco, cual gota, socaba los cimientos liberales, que tanto bienestar han dado a occidente, por lo menos en los últimos 100 años.

No hay nada nuevo bajo el sol

Estas ideas no son novedosas, ya lo predijo en la década de los cuarenta, del siglo pasado, el visionario escritor inglés, Eric Arthur Blair, mejor conocido por su seudónimo, George Orwell, en su novela titulada: 1984, en ella relata la existencia de un mundo distópico, en el que, entre otras armas de control, se crea una nueva forma de hablar llamada ‘neolengua', que no es otra cosa, que una malformación idiomática para adoctrinar las masas. De forma sospechosa, ese texto está siendo satanizado por las más prestigiosas universidades a nivel mundial.

Por fortuna, la Real Academia de la Lengua Española (RAE), aún no ha podido ser penetrada por esta especie de reingeniería social, y de momento no estamos obligados por ese colegiado, a deformar nuestro idioma.

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