“La CSS y el futuro de la mina, las dos papas calientes del gobierno de Mulino”
- lunes 07 de octubre de 2024 - 12:00 AM
El más reciente estudio de CIEPS revela que los panameños confían más en los medios de comunicación y la Policía, con un 55% y 53% respectivamente. Mientras que valoraron a la Presidencia con un 24%, la Asamblea Nacional con un 19% y a los partidos políticos, el más bajo, con un 14%. Bajo este escenario se discute la ley de reformas a la Caja de Seguro Social, uno de los retos más importantes de la administración de José Raúl Mulino, cuyo éxito dependerá de la capacidad de inclusión de los sectores o gremios que dicen sentirse más apartados.
Cabe señalar que entre los diferentes actores que hemos encuestado a la población hay dos que tienen un mayor del 50% de confianza que son la Policía y los medios de comunicación. El resto de instituciones, especialmente las de gobernanza, el cuerpo legislativo y el judicial como el Ejecutivo, gozan de un muy bajo nivel de confianza. Empezamos con las cortes con un 26% y de ahí bajan. Le siguen las municipalidades, la Asamblea y el último lugar lo ocupan los partidos políticos con el nivel más bajo (14%).
Ese es un punto interesante. Una pregunta que hacíamos era por qué se sentía discriminada la persona. Ellos responden que se sentían discriminados políticamente. Nosotros indagamos durante un tiempo qué quería decir esta frase para los panameños. El país no se caracteriza por una paralización política como en otros lados, de izquierda y derecha, ni hay debates ideológicos, sino preocupación por temas nacionales. Descubrimos que bajo ese concepto la gente se siente discriminada porque una vez llega al poder el gobierno de turno, son discriminados en las oportunidades por no estar inscritos en ese partido. Esa es una dimensión fundamental. Es lo que hace que los panameños se inscriban o no en los partidos. Son grandes agencias de empleo y generación de oportunidades. En una situación de dificultad, la inscripción de los partidos sube, en función de cuál va a ganar o quién está en el poder.
Podríamos denominarlos una crisis de representación. Independiente de por quien vote la gente, piensa que hay una muy alta posibilidad de que incurra en delitos o ilegalidades.
Si, bueno, es verdad que el concepto de la corrupción se ha instituido en una serie de relaciones desde un punto de vista no formal donde este tipo de lógicas están muy presentes. Luego genera mucha insatisfacción porque el capital político que tienen algunos de los partidos está basado en que respondan a las necesidades concretas de los ciudadanos. Es imposible satisfacer las necesidades de cada ciudadano.
Estos debates son cruciales. En este momento el principal problema financiero del país es que existen dos sistemas de pensiones y uno se ha quedado sin cotizantes y está generando deudas. ¿Cómo solucionar eso? Es verdad que se llega a este momento con una desconfianza institucional, con un histórico reciente de protestas de la mina, o la de julio 2022. Esto no se puede esperar, hay que anotar algún tipo de decisión en el tema de la CSS. Es difícil identificar cuál será la decisión, pero si este tipo de problemáticas se cierran en falso, va a ser peor.
Es una buena pregunta. No sabemos lo que va a suceder. Pero podemos ver en los estudios un reto que arrastra muchas dificultades. Esta erosión que existe en la confianza y legitimidad de las instituciones, por lo cual, este tipo de decisiones deben ser lo más colegiadas posibles. No pueden ser sólo los políticos quien las adopte. Tiene que haber otras instituciones, organizaciones de trabajadores, empresariales, y con un nivel de representatividad. En ocasiones el problema del tejido social asociativos panameño es que está muy atomizado y a veces hay dudas hasta qué punto los sindicatos representan a todos los trabajadores.
Sí. Esta es la gran prueba del algodón. Yo diría que ésta y la mina son las dos grandes pruebas del Ejecutivo. Pero la CSS es algo que no puede esperar.
Si las cosas no salen bien puede estallar un mayor nivel de conflictividad. Eso no sería lo deseable para nadie. Pero si sale bien hay que tener en cuenta que la solución no será inmediata. Hay que sentar las bases de la solución.
En nuestras encuestas, elaboradas en junio pasado, vemos un fuerte consenso en cerrar la mina. Son dos papas calientes, la CSS y la minería. Pero en la segunda, la mayoritaria respuesta fue de cierre absoluto. Sin vuelta atrás y que se cumpla con lo dictado por la Corte Suprema de Justicia.
Si es verdad que en el histórico de las encuestas nos encontramos en la última medición que por primera vez supera el promedio regional supera el 60% de las personas que dicen que ven un futuro peor del que tuvieron sus padres. Históricamente la población piensa que el futuro tiende a mejorar, pero esta percepción tiende a cambiar por el tremendo impacto que tuvo la pandemia. En Panamá está en más del 50%. Hay un mayor pesimismo y una población que ya no ve el futuro con optimismo.