‘El infierno del alcoholismo'
- martes 04 de junio de 2019 - 12:00 AM
El alcohol me llevó a mentir, pedir dinero e, incluso, a amanecer 'tirado en una cuneta en varias ocasiones', son las palabras de Antonio, un alcohólico rehabilitado.
Una infancia difícil
Fue una profunda tristeza lo que llevó a Antonio a probar su primera cerveza a los 17 años, y aunque la primera sensación no fue para nada agradable, fue ese sentimiento de calma el que le llevó a sumergirse en el mundo del alcohol durante 12 años.
Él, quien prefirió guardar su identidad, explicó que cuando estaba pequeño no tuvo una buena crianza, porque el trato que su padre le dio no fue agradable, mientras que, a su madre no la conoció sino hasta que cumplió los 22 años de edad.
Entonces la bebida se convirtió en ese escape con que trataba de disipar aquel sentimiento de soledad que tanto le abatía. Sin embargo, cuanto más bebía, su tristeza más se agudizaba a tal punto que luego de cada 'borrachera', Antonio terminaba llorando sin saber porqué.
Adicción que se agudizó
Fue cuando se encontraba estudiando filosofía de la historia en la universidad que su adicción empeoró.
"Entonces comencé a reunirme cada fin de semana en mi comunidad, allí bebíamos grandes cantidades de licor, ya fuera whisky, ron, seco, todo tipo de bebidas alcohólicas", reconoció, quien hoy es un adulto mayor de 66 años.
Este hombre de estatura media, ojos oscuros, tez morena y cabello canoso, señaló que su alcoholismo le llevó a gastar altas cantidades de dinero.
Además de colocarlo en situaciones vergonzosas, como la de haber amanecido en paradas de autobuses y hasta en una cuneta todo sucio y con mal olor, por estar pasado de tragos.
'Necesitaba una familia'
De acuerdo con Antonio, fue un amigo de la universidad quien le recomendó asistir a un grupo Alcohólicos Anónimos (AA), y aunque señala que en el momento no lo tomó de la mejor forma, al pasar las semanas decidió buscar ayuda.
"Cuando cumplí los 28 años, supe que mis días como bebedor estaban contados", dijo desde lo profundo de su recuerdos.
Para este hombre tener una familia era su proyecto de vida, cuenta que no quería llegar a esa etapa con una dependencia alcohólica y mucho menos quería llevar ese arrastre a su familia.
Hoy, tras 12 años sumergido en el alcohol, Antonio puede decir que tiene más de 39 años sin ingerir ninguna gota de licor.
Aunque también tiene claro que su destino es mantenerme junto a los grupo de AA, porque ‘alcohólico una vez, alcohólico para siempre'.
Brindan ayuda
Alcohólicos Anónimos de Panamá es una asociación que está en varias áreas del país, integrada por 80 grupos que trabajan en el proceso de recuperación de individuos con una adicción al alcohol. El único requisito para ser miembro del programa es el deseo de dejar de beber.
De acuerdo con un custodio clase B, quien prefirió la reserva de su nombre, el trabajo de AA es lograr que el individuo se reintegre a la sociedad y que pueda llevar una vida sana sin alcohol.
Asimismo, señaló que el alcoholismo es reconocido como una enfermedad trifásica.
Es decir, física porque afecta los órganos del individuo de forma progresiva, mental, pues el paciente cree que será capaz de llegar a controlar su adicción por la bebida y espiritual, pues perjudica la parte emocional a tal punto de conducir al adicto nuevamente al alcohol.
Actualmente, los grupos de esta asociación brindan ayuda a más de 1,000 personas. No obstante, la cifra es relativa, porque no todos los pacientes permanecen en las agrupaciones.
Para formar parte de AA no hay que pagar, porque estos trabajan con recursos propios de tal modo que no aceptan donaciones por parte de entidades públicas del gobierno ni de empresas privadas.
Si usted está interesado en los servicios que ofrece esta asociación, Alcohólicos Anónimos de Panamá atiende a través del número de teléfono 225-3585.