- domingo 11 de diciembre de 2016 - 12:02 AM
HISTORIAS
En medio del trajín de la mañana una joven está sentada en una silla y confecciona arreglos florales. Está concentrada en su trabajo rodeada de cartuchos y flores.
Dice que se llama Yasuri Navarro y que tiene 12 años de ganarse el pan con esa humilde labor. Tiene que sostener a sus dos hijos que dependen de ella.
Yasuri es delgada, trigueña y lleva los cabellos recogidos. El día que la entrevistamos para esta nota, se había levantado, como todos los días, a las 5:30 de la mañana. Aunque este lugar donde la encontramos no es su sitio habitual para vender sus flores, hoy decidió permanecer allí, porque se dio cuenta que había mucho flujo de gente. Sus clientes potenciales.
‘Yo suelo deambular por las calles, por San Miguelito, La Cinta Costera, donde haya bastante público', confiesa esta joven trabajadora.
Mientras recorta con la tijera el plástico para envolver las flores, Yasuri dice que este trabajo le permite llevar el sustento a su hogar, pero confiesa que últimamente la situación se ha vuelto difícil, sobre todo porque los costos de los materiales que utiliza se han disparado y andan por las nubes.