Exorcismos: los demonios alojados en almas de Dios

Lo primero que debemos reconocer es la existencia de un mundo paralelo, tal cual existe el mundo material hay otro invisible, un mundo espiritual en el que intervienen algunas veces seres espirituales [no buenos] en las actividades humanas.

Cuando las personas se alejan de Dios, - asegura el apóstol y jerarca de la Comunidad Apostólica Hossana, Edwin Álvarez -, se exponen a la intervención de demonios o espíritus malignos.

Sanación evangélica

Aquél espíritu se manifiesta en la persona de diversas maneras, cuando es poseído, agrega.

‘Cuando ocurre en un acto público nosotros tomamos a la persona muy amablemente y como se pueda, lo llevamos a un salón aparte y allí ministros de la Palabra de Dios, que han sido entrenados y preparados le expulsarán el demonio en el nombre de Jesucristo y esta persona quedará libre'.

El religioso añade que generalmente se le da seguimiento a la persona exorcizada, con el fin de que ningún recuerdo del pasado ni trauma le afecte en su vida y que la persona se sienta amada, segura, protegida y valiosa. Además, se enseña a la persona sobre la necesidad del bautismo en agua.

Prácticas como la prostitución, el homosexualismo, ocultismo, brujería, hechicería, santería y diversas clases de espiritismo y magias, así como la drogadicción y el alcoholismo en jóvenes y adultos, son caldo de cultivo para que los demonios se alojen en su espíritu.

El tema del exorcismo hasta hace unos años se mantuvo casi oculto dentro de un grupo muy selecto de la Iglesia católica. En el año 2007 llegó a Panamá el sacerdote José Fortea, un exorcista calificado.

El papa exorcista

De acuerdo con algunos registros de la Iglesia de Roma, el papa Juan Pablo II fue el primer papa en 385 años que se enfrentó personalmente al demonio, un Domingo de Ramos de 1982, al practicarle un exorcismo a una mujer adulta.

De igual forma el arzobispo de Panamá, José Dimas Cedeño antes de retirarse afirmó que él realizó tres exorcismos en las provincias de Veraguas y Panamá, a una campesina indígena, una universitaria y a una docente.

Tanto la Iglesia católica como la evangélica, consideran que dentro de las razones por las que ocurren posesiones demoniaca es porque más personas practican la santería y otros ritos satánicos y esto ha hecho que los casos se incrementen.

Aunque solicitamos a la Arquidiócesis de Panamá a un experto para hablar del tema y esperamos varias semanas pero no respondieron, sin embargo, el párroco de la iglesia Sagrada Familia de David, Chiriquí, Manuel Pineda, accedió a contarnos el ritual exorcista.

Perteneciente a la orden religiosa de San Francisco de Asís, el sacerdote señaló que la persona calificada para realizar un exorcismo es el obispo, que es quien nombra a la persona, por lo general alguien de su confianza, calificada y con una comprobada espiritualidad.

Preparación

Son al menos tres años de preparación en el campo espiritual y en el psicológico, debe ser una persona idónea y espiritual y teológicamente calificada los que tienen que pasar los presbíteros que aspiren a formar parte de los exorcistas calificados por el Vaticano.

‘Hay algunos exorcistas que son afectados emocional y psicológicamente, según las experiencias obtenidas, pero generalmente cada sacerdote debe tener su acompañante o lo que se llamaba director espiritual y, luego de realizar los exorcismos él tiene un proceso de cotejamiento con su director espiritual y algunas veces acompañamiento psicológico'.

Para ejecutar un evento de esta naturaleza, el ministro católico generalmente usa como instrumentos, el agua bendita, la Biblia (Palabra de Dios), el aceite santo [para santos óleos] y también el apoyo en el campo psicológico y emocional.

‘Esto porque una persona que ha sido exorcizada queda con una paz y tranquilidad, como cuando se ha tenido una catarsis, tiene un sosiego, armonización y agradecimiento a Dios y los que le rodean.

En Panamá no hay una cifra exacta de los exorcistas calificados en la Iglesia católica, pero cuando es necesario miembros del clero son visitados por emisarios del Vaticano, instruidos y formados en este campo.