- lunes 07 de julio de 2025 - 12:00 AM
Durante la pandemia, Mica encontró en el crochet una salida a la ansiedad. Hoy su marca, es rentable, creativa y tejida con propósito.
Mi mayor reto ha sido confiar en mí misma, valorar mi trabajo y mantener mi negocio a flote. Al inicio, dudaba si a la gente le interesarían mis creaciones o si pagarían por algo hecho a mano. Superar esas inseguridades y mantener el compromiso de hacer crecer mi proyecto.
Nunca he pensado en rendirme. Claro que ha habido momentos difíciles, pero amo lo que hago. Tejer me llena de paz, despierta mi creatividad y me permite entregar algo especial a quienes confían en mi trabajo.
Soy una persona muy positiva. Aunque el miedo al fracaso no ha sido muy fuerte en mi caso, he aprendido a verlo como una señal de crecimiento. Cuando aparecen dudas, recuerdo mis razones para emprender y todo lo que ya he logrado. En vez de detenerme, uso ese miedo como impulso para seguir.
Ser emprendedora, estudiante universitaria y mamá no es fácil. Hay días buenos y días duros. Pero con organización, planificación y mucha flexibilidad conmigo misma, he logrado avanzar. A veces toca parar, respirar y volver a empezar. Lo importante es tener claras mis prioridades y no perder de vista mis metas.
En cinco años me gustaría ver Mica Crochet más consolidado, con una marca reconocida por su calidad y el amor que hay en cada pieza. Me encantaría tener un pequeño equipo de mujeres apasionadas por el tejido, vender a nivel internacional y contar con una tienda en línea bien establecida.
Que empiece aunque tenga miedo. Es normal tener dudas, pero no hay que dejar que eso te detenga. Emprender es un camino de aprendizaje y satisfacciones. Cree en ti, en tu talento, y no esperes a saberlo todo para dar el primer paso. Avance poco a poco, con constancia y rodéate de personas que te apoyen.